Siempre postergados

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“No sé qué tiene que ocurrir en nuestro país para que pongan atención a lo que está causando la droga en los jóvenes”, se pregunta la Dra. Carmen Sánchez, del Centro Nacional de Adicciones. La profesional relata en una nota salida en nuestro diario (“Adicción, preocupante aumento de nuevos pacientes adolescentes”) que el consumo de drogas está arrasando con esta población. Las estadísticas con las que cierra este año son penosas. “Termino este año más decepcionada que el año pasado. Veo cada vez peor a mis chiquitos y estoy teniendo más casos con patologías duales (patologías psiquiátricas y consumo de droga), que es consecuencia del consumo de esa sustancia que afecta al sistema nervioso central”. Las drogas y la pobreza están aliadas; ya niños y jóvenes adictos salen a tomar las calles. Chicos abandonados por todos, drogándose en esquinas por las cuales pasamos sin saber qué hacer por ellos. Las zonas vulnerables de Asunción están repletas de consumidores. “A los 20 años y con la desnutrición galopante que hay, ya nada les interesa”, relataba un trabajador social. Cuántas hemos visto en las noticias a madres implorar ayuda desesperadas e, incluso, pedir a la policía que meta en la cárcel a sus hijos adictos, porque ellas ya perdieron todo control. El resto de las mamás solas viven en zozobra y con miedo, porque saben que la droga se llevará a sus niños. ¿Es este el único “futuro” para ellos?

Una adolescente se acercó a pedir algo para comer; alguien que conoce al dedillo este mundo me comenta: “Ayer le di un plato de buena comida a esa chica; no lo habrá comido”. Con mi mente en otra cosa, murmuré: “Por qué no iba a comer si tiene hambre”. Comprendiendo mi desatención, me dijo: “Porque cuando consumís chespi al punto de ella, cambiás lo que sea por más”.

Aumentan los jóvenes en deplorables condiciones que llegan hasta el microcentro a trabajar, mendigar o, sin más alternativas, robar, haciendo brutal contraste con la idea de hermosear el microcentro de la capital.

La solución oficial es la misma ilógica de siempre: poner más seguridad; entiéndanse, policías que pelearán contra una realidad tan incontrolable que terminará venciéndolos de un soplo.

La Dra. Sánchez también menciona la eterna postergación de más centros y planes para una comunidad terapéutica que pueda albergar y dar continuidad a un trabajo, puesto que sin esto que hacen (la desintoxicación), los menores reinciden, vuelven a sus familias desmembradas o círculo de amigos adictos.

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Detrás de los niños y adolescentes drogados hay violencia, marginación, exclusión social. No caen en las drogas por sinvergüenzura ni falta de superación, sino por tener que sobrevivir postergados, negados. La nota con la Dra. Sánchez no tuvo ni 15 “me gusta”; parece que no es un tema que preocupe a la mayoría. ¿Esperamos, los que comemos todos los días, que estos chicos se recuperen no siendo prioridad para el Gobierno ni la sociedad? “Se toma la decisión, se hace”, dice el presidente Cartes… Diariamente, miles de niños y jóvenes paraguayos caen en el abismo de las drogas, nacen y mueren en total desgracia en su país. ¿Qué se está esperando para tomar esa decisión?

lperalta@abc.com.py