Si un jugador ya no tiene contrato con un club, tiene que tener el derecho de firmar un nuevo contrato con cualquier club, lo que pasa es que hay algunos dirigentes que no lo quieren entender… el futbolista No es propiedad de nadie, es un trabajador.
Y para cambiar estas reglas no hay otra que permanecer unidos.
Las agallas de los futbolistas fueron siempre el motor del mejoramiento en todo el mundo y así se beneficia todo el fútbol.
Hoy le estamos pidiendo a la APF el cumplimiento de los 2 puntos firmados en el acuerdo de levantamiento de huelga, porque estamos convencidos de que va a jerarquizar nuestro torneo de Primera Profesional. 1. Que todos los futbolistas que juegan en El, tengan un contrato profesional firmado y registrado en La APF como debe ser. Seguramente somos en Sudamérica el único país en cuyo campeonato profesional participan jugadores amateur, o sea sin contrato vigente. 2., El seguro médico familiar y de riesgos es un derecho urgente que debe ser centralizado y controlado por la APF. Con esto trabajarán con seguridad los jugadores y se protegerán los clubes.
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El fútbol no es solo un juego, es un trabajo que los futbolistas desarrollan en un ambiente altamente exigente y competitivo y se enfrentan a un sistema de administración y una legislación que favorece sistemáticamente los intereses de algunos dirigentes, lo que genera abusos significativos sobre los derechos básicos de los jugadores, como por ejemplo el no cobro en tiempo y forma de los salarios.
Sobre los recursos que genera el fútbol
El fútbol profesional ha registrado un enorme crecimiento de los ingresos desde cerca del año 2000. Sin embargo, y a pesar de los enormes recursos financieros, hay muchos jugadores que sufren por algo básico de todo trabajador; no reciben sus salarios a tiempo y en forma como debe ser.
El desarrollo de normas de administración justas, equilibradas y legítimas en el fútbol no ha seguido el ritmo del progreso económico.
En la actualidad la administración inadecuada ha permitido la aparición de prácticas comerciales abusivas y no han logrado proteger y favorecer a los jugadores, a los clubes, incluso a los aficionados.
En la actualidad, la crisis de la administración en el fútbol es evidente.
Los últimos acontecimientos nos dicen claramente el fracaso de este sistema de administración y gestión del fútbol profesional.
La redistribución de los recursos generados no ha contemplado equitativamente los intereses de todos y cada uno de los actores del fútbol.
Sobre el trabajo formativo
Somos un país con un gran potencial en talentos, pero todo talento joven necesita de un escenario ideal para su desarrollo. La financiación del trabajo formativo se debe basar en una fuente estable de ingresos en lugar de depender del humor de algún mecenas o la gestión especulativa de algún avivado intermediario. Se debe desarrollar un proyecto sostenible que beneficie el desarrollo pleno de nuestros talentos jóvenes, por ejemplo destinando un porcentaje de lo producido por la Albirroja o los contratos de televisación. Este gran trabajo formativo es impostergable y debe de ser un gran objetivo de los clubes y la APF, conjuntamente.
Sobre la administración del fútbol
Necesitamos un nuevo sistema de administración, más transparente y más justo que responda a las necesidades actuales de la industria del fútbol… Es muy simple, en fútbol dentro de la cancha, si alguno quiere ganar solo hace que perdamos todos.
Desde FAP instamos a todas las partes interesadas a trabajar en forma conjunta y crear un nuevo modelo de administración y convivencia más profesional, y más transparente, que ayude a proteger los derechos de los clubes, de los futbolistas, la integridad del fútbol y su crecimiento sostenible.
(*) Rogelio Delgado, exfutbolista, mundialista en México 86 y actualmente es presidente de FAP “Futbolistas Asociados del Paraguay”