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Según los especialistas, las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) con lenguaje digital están provocando un impacto cuatro veces superior al impacto que ha producido la era industrial.
Basta una observación atenta a los cambios y beneficios que producen las TIC en el desarrollo de potencialidades de la persona, en los hábitos en los valores y relaciones para comprender por qué los especialistas de vanguardia le atribuyen a estos nuevos recursos tanto poder revolucionario en la humanidad.
Aún no hemos tenido tiempo para valorar lo que solamente la computadora con todos sus servicios y programas está aportando al desarrollo del ser humano en sí mismo. La computadora con sus servicios no es una herramienta, es mucho más. “Herramienta es un instrumento generalmente de hierro o acero que sirve para hacer o reparar algo que se hace con las manos”. La computadora es un recurso polifacético y polivalente que desarrolla potencialidades personales, facilita y multiplica las relaciones humanas y genera nuevos modos de comunicación y nuevos modelos de sociedades.
Es evidente que con los servicios de la computadora multiplicamos exponencialmente nuestra capacidad de memoria, nuestra potencialidad de ver y de oír, agilizamos extraordinariamente nuestra capacidad de cálculo, extendemos nuestra posibilidad de presencia a distancias ilimitadas y simultáneamente en múltiples sitios con posibilidades de comunicación interpersonal, grupal, social y masiva, podemos compartir decisiones, ser actores o espectadores a distancia, transformamos las monedas y billetes de dinero electrónico, accedemos a información, documentación y bibliografía en cantidades prácticamente ilimitadas y actualidad inmediata y diferida, etc.
Con las TIC ha surgido un nuevo superdotado ser humano y consecuentemente un nuevo modelo de sociedad, diferente y a semejanza de la sociedad natural. El hecho es que estamos viviendo simultáneamente la sociedad natural y la sociedad digital. Las redes sociales electrónicas han desencadenado nuevos dinamismos y movimientos, nuevos recursos y situaciones de poder personal, social, político.
Hace poco no podíamos imaginar que todos los ciudadanos tendría al alcance, sin moverse de casa, biblioteca de miles de libros para poder leer sin costo alguno. El acceso a la información y al conocimiento ha superado todas las fronteras . Nadie podía imaginar que igualmente podría tener gratuitamente el acceso inmediato a los conciertos, canciones, museos sin moverse de casa. Y así podemos seguir aludiendo a posibilidades inéditas y de excepcional trascendencia para el desarrollo humano personal y social. Sin darnos cuenta estamos sumergidos en otra galaxia cultural y vital. Es incuestionable que estamos inmersos en la Revolución Digital.
Tal vez esta superficial alusión a la realidad en la que vivimos ayude a despertarnos y ojalá nos mueva a convencernos de que la educación que estamos ofreciendo es una educación caducada, que muy poco tiene que ver con la educación necesaria para el presente y menos aún para el futuro que vivirán los niños, adolescentes y jóvenes actuales. Así como en la educación tradicional no bastaba repartir lápices y bolígrafos para aprender a leer y escribir y a vivir en la sociedad natural, ahora no basta repartir computadoras y enseñar a usarlas para entender el lenguaje digital y aprender a vivir en la sociedad digital. La Revolución digital demanda la revolución educativa., para aprender a vivir en la sociedad natural actual penetrada por la real sociedad digital.
Enseñar y educar en y para la sociedad digital requiere enseñar y aprender a introducirse en la cultura de la comunidad en cambio acelerado y constante, implica introducirse en un sistema de valores mucho más complejo, con dominio de hábitos diferentes y entre redes de comunicación y relaciones sociales que se desarrollan en contextos mucho más pluriculturales, todo lo cual trae consigo una ética actualizada y una formación y madurez afectiva mucho más consolidada. El desafío no se resuelve cambiando únicamente los diseños curriculares, es necesario reconstruir el sistema educativo.
jmonterotirado@gmail.com