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Pero no solo por los espectaculares robos de los recursos del IPS el interés por “servirle al país” ha aumentando. En el interior hace mucho viene creciendo de manera impresionante la fascinación de la gente por ocupar un lugar en las instituciones públicas.
En Salto del Guairá, la capital de Canindeyú, todas las miradas están puestas en la Municipalidad para las elecciones del año 2020. Cientos de jóvenes y adultos pretenden llegar al cargo de intendente o de concejal municipal.
Casi nadie, sin embargo, esboza siquiera una propuesta interesante para convencer de su buena intención, sino directamente y, sin ruborizarse, apuntan a los dólares de la Municipalidad.
Es que al igual que en IPS, las licitaciones y construcciones de obras han compuesto nuevos ricos en tiempo récord en la ciudad, desde que la comuna empezó a recibir ingentes recursos del Estado para compensar la pérdida de los saltos del Guairá, desde el año 2012.
Hoy el presupuesto municipal supera los 12 millones de dólares anuales y se espera que después del año 2023, con la renegociación del Tratado de Itaipú, este monto cuanto menos se duplique.
Lamentablemente, robar al Estado se volvió un deporte nacional donde todos quieren ser, por lo menos, un pasapelotas. Rapiñar el presupuesto de las instituciones públicas, con un esquema bien montado de licitaciones, atrapa el interés de propios y extraños.
Todo esto gracias al pleno sometimiento del Poder Judicial al esquema de bandidaje estatal. El encarcelamiento de algunas piezas de la estructura son solamente para calmar la rabia y la desazón de los pocos paraguayos que todavía tienen capacidad de asombro por el constante saqueo de los recursos públicos.
rduarte@abc.com.py