Un legado imperecedero

Este artículo tiene 9 años de antigüedad

En toda época y lugar han sido los visionarios, los disconformes con su entorno, los que suscitaron los cambios en sociedades aletargadas por el inmovilismo. De que hay mucho de pragmatismo en todo esto, es muy cierto. Pero también es verdad que las ideas preceden a la acción. Así, lo que al comienzo parece una locura puede luego constituirse en una fuente de inspiración.

Bien se dijo alguna vez, y no en vano, que los cañones de las revoluciones son cargadas con las ideas de los filósofos. Llegado su tiempo, los ideales y los valores se convierten en una fuerza incontenible. Y todo esto es un tema cultural que luego se transmite a la educación.

La cultura entendida como el gusto por las bellas artes y las humanidades viene a ser la causa; la educación, su consecuencia. Es la cultura la que primariamente transmite conocimientos, valores y hasta maneras de actuar.

¿Cuántas veces nos habremos percatado que una persona sabia no necesariamente ostenta títulos universitarios? De hecho, si se analiza la historia de los emprendedores, de los que desafían los obstáculos al progreso, la tendencia dice que buena parte de ellos cuentan con una importante formación cultural, pero no todos necesariamente ostentan pergaminos que lo acrediten.

La innovación y la creatividad no surgen así no más, como por arte de magia. Hay mucho de esfuerzo y dedicación por detrás. Es, como dice el filósofo Karl Popper, un proceso de ensayo y error. No es extraño que la mayor cantidad de patentes registrados en el mundo provengan de culturas adictas a la excelencia y al trabajo tesonero.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Juan Manuel Marcos, rector de la Universidad del Norte (UniNorte), es en tal sentido un visionario, pionero de la importancia de la promoción cultural en la universidad privada. J.M. Marcos se muestra entusiasta de ello. Y lo ha dicho en repetidas ocasiones cuando sugiere leer al pensador y ensayista español Ortega y Gasset, quien en su obra “La misión de la Universidad” sostiene que si bien la enseñanza y la investigación son propias de las instituciones universitarias, estas no podrían elevarse a esa categoría sin la impronta cultural.

Que se invierta en UniNorte en las compañías de la ópera, el ballet y la orquesta sin tener que pedir prestado un solo guaraní del erario público constituye un hito a destacar. Es la mayor inversión privada cultural en la historia del país. ¿Y, entonces, por qué la cultura?

Ocurre que el retorno del capital invertido no solo se encuentra en la caja de recaudación. También está depositada en la mente y en los corazones de cientos de jóvenes talentosos, los miembros de las compañías artísticas que encuentran un lugar donde hacer realidad sus sueños y desafíos. El motivo, finalmente, no es difícil de explicar, al menos así lo sostiene el propio Marcos.

Sin la promoción de la cultura, el ser humano cae en el tecnicismo exacerbado y los gobiernos se convierten en meras tecnocracias discriminatorias. Sin cultura, el ser humano queda vacío de contenido, es pura apariencia. En el 25º aniversario de UniNorte, a celebrarse este viernes 27 del corriente, se merece esta institución el mejor de los elogios: emularla.

* Decano de Currículum UniNorte. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado” y “Cartas sobre el liberalismo”.