Un pasito a la vez

Políticamente, nos gustaría dar grandes pasos para llevar a nuestra nación a posiciones de privilegio en cuanto a madurez ciudadana, estabilidad, consolidación de un estado de derecho, garantía de una justicia independiente, etc. Pero, en la difícil vida diaria, los milagros cívicos no existen y los pueblos van construyendo poco a poco, lentamente, su destino. Las elecciones de este domingo no nos traerán sorpresas ni cambios importantes, aunque sí podríamos dar un pasito más en la dirección correcta. 

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En cuanto a candidaturas presidenciales, no hay novedad ni avance posible. El candidato de la ANR representa la continuidad no solo del gobierno actual sino del modo de hacer política de tantas décadas de coloradismo. Es más de lo que siempre hemos tenido. 

En cuanto a la dupla de la oposición, en primer término, las encuestas pronostican una derrota segura por muchos puntos de diferencia y, en segundo lugar, tanto el número uno como su vice no son figuras atractivas que despierten entusiasmo en las masas de votantes ni garanticen un salto importante en la construcción de una sociedad democrática, progresista y con justicia social. 

¿Entonces, qué nos queda? Elegir a la mayor cantidad posible de autoridades nacionales y departamentales que no pertenezcan a las cuevas de sinvergüenzas y ladrones que tanto mal han hecho al país. 

No van a representar la gran revolución soñada, pero, de alguna manera y en pequeñas cosas, las figuras decentes pueden ir mejorando, poco a poco, la administración de los recursos estatales y la imagen de quienes están al frente de las instituciones públicas nacionales y departamentales. 

La tarea es apuntar y elegir bien a los senadores y diputados, pues ellos integran uno de los poderes del Estado y en sus manos está la toma de decisiones de gran relevancia, como convocar a reforma de la Constitución Nacional, conformar ternas para la Fiscalía General del Estado y proponer nombres para la Corte Suprema de Justicia, así como aceptar o rechazar eventuales vetos a leyes por parte del presidente de la República. 

En estos comicios tenemos muchas opciones a la hora de elegir a los senadores nacionales y a los diputados departamentales. Entonces, hagamos uso de este derecho, miremos la amplia lista de movimientos y partidos políticos que postulan a sus candidatos y votemos por aquellas personas que nos merezcan mayor confianza y credibilidad. 

La insistente propaganda de que hay que votar a un partido “de punta a punta” es una propuesta antidemocrática y fascista pues pretende imponer un voto obligatorio, coercitivo y contrario a la libertad de pensamiento y de expresión. 

En la treintena de propuestas tan solo para el Senado, hay varias personas que han tenido una limpia trayectoria en la política local, que no fueron acusadas de corruptas, que no enfrentan querellas en la justicia. Nuestro voto a su favor puede marcar la diferencia y hacer posible un Congreso mucho más sano, decente y presentable ante la opinión pública local e internacional. Es un pasito, pero peor es no hacer nada.

ilde@abc.com.py

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