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Esa figura burocrática que nuestra clase política estuvo de acuerdo en engendrar en el bloque, y que hoy representa 18 cargos que agrandan la torta de las negociaciones políticas y, por ende, las necesidades del presupuesto de nuestro Estado.
Estos cargos y la estructura que representan nos cuestan más de veinticinco mil millones de guaraníes al año, más de cuatro millones de dólares al cambio actual.
De todos los cargos en disputa, este, para el que se presentan 29 listas, es el único que no está creado en la Constitución Nacional.
De hecho, su creación es de finales de 2005 y su aprobación por nuestro Congreso es del 2006.
Sus decisiones ni siquiera son aún vinculantes, son meramente declarativas, por lo que no obligan a los estados partes a adoptar sus decisiones.
Se creó como un órgano político, una burocracia acordada por los socios del Mercosur, que como tantas otras instancias del bloque tiene problemas de competencia y legitimación interna.
Una costosa burocracia cuyos efectos no tienen impacto en la integración regional.
En nuestro caso, la pregunta es muy sencilla: ¿por qué tenemos que tener toda una estructura para otros 18 parlamentarios para el Mercosur? ¿No pueden ser quizás los 9 senadores y 9 diputados más votados, o tal vez los primeros diputados de cada departamento y la capital, con un viático cuando deban ir a sesionar?
Alguno podrá argumentar que la designación a través de elecciones es un tema acordado regionalmente, pero lo cierto es que si existe la voluntad de poner el interés general ante todo, una buena negociación puede ahorrarnos una burocracia prescindible.
Son 18 privilegiados que reciben el mismo salario de un diputado, tienen inmunidad regional, fueros como blindaje ante procesos judiciales, privilegios de un congresista y una reducidísima, cuando no nula actividad laboral.
Se reúnen unas pocas veces al año, ganan más de 32 millones de guaraníes al mes y reciben vales de combustibles por 4 millones.
No contentos con esto, ya hay incluso un proyecto de ley en nuestro Congreso para que los parlamentarios del Mercosur sean también incluidos en el régimen de jubilación VIP de los congresistas, quienes hoy pueden acceder a una jubilación proporcional con solo 5 años de aporte.
Los firmantes de este último proyecto para incluir a los parlasurianos son los senadores Blanca Lila Mignarro, quien se postula precisamente al Parlasur en esta elección, y sus colegas Carlos Filizzola, Lilian Samaniego y Silvio Ovelar.
Una perla final, el protocolo del Mercosur establece mandatos de cuatro años.
Nosotros les otorgamos cinco.