Chiquitunga fue bautizada en la Iglesia Catedral de Villarrica el 28 de febrero de 1928, el 7 de marzo de 1930 inicia su formación estudiantil en el colegio “María Auxiliadora” de Villarrica. A los 12 años, el 8 de marzo de 1937, recibe su primera comunión también en la misma Catedral y en el año 1942 hace su ingreso a la Acción Católica de Villarrica. Un año importante para Chiquitunga es igualmente ese año –1942– ya obtiene el título en su ciudad de “Maestra Nacional”. Tenía apenas 17 años.
Al seguir su camino cristiano recibió en la Catedral de Villarrica el sacramento de la confirmación, ocurría el año 1945. Cinco años después, en 1950 se trasladó su familia a la capital y Chiquitunga ingresó a la Escuela Normal de Profesores “Pdte. Franco” y volvió a formar parte de la Acción Católica, pero ya de Asunción. El 23 de abril de ese año entabló amistad e ideales con el padre Angel Sauá Llanes. En 1952, su accionar católico forjó cruzarse con las Carmelitas Descalzas de Asunción y la madre Teresa Margarita e ingresó el 2 de febrero al monasterio de las Carmelitas Descalzas de Asunción y desde ese día vistió y se abrigó con el hábito de esa congregación con el nombre de María Felicidad de Jesús Sacramentado. Eso se certificó el 14 de agosto de aquel 1952.
Realizó sus votos religiosos de la mano de Teresa Margarita. El 9 de enero de 1959 contrajo la hepatitis y fue internada en la Cruz Roja y tres semanas después fue dada de alta y pudo reintegrarse a su congregación. Pero la hepatitis infecciosa atacó nuevamente y su hermano médico ordenó su internación, eso ocurría un lunes de Pascuas, el 26 de marzo de 1959 y el 28 de abril de aquel año pidió en la sala del hospital que le lean el poema de Santa Teresa de Jesús: “muero porque no muero”. Escuchó sentada la poesía de la Santa Teresa, se acostó y dijo sus últimas palabras antes de morir: “Jesús, te amo y que dulce encuentro tendré contigo”. Contaba con apenas 34 años.
Fue enterrada en el cementerio de la Recoleta de Asunción y desde el 28 de abril del año 1993, aniversario de su muerte, sus restos descansan y se veneran en la Capilla de las Carmelitas Descalzas de Asunción. Casualmente ocurría tras 34 años, edad que contaba Chiquitunga cuando ocurrió su fallecimiento.
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En el año 1995, las Carmelitas iniciaron las gestiones de la beatificación de Chiquitunga y, tras los procesos burocráticos que siempre exige la Iglesia Católica, el entonces papa Benedicto XVI declaró el 27 de marzo del 2010 a la guaireña María Felicia Guggiari como venerable. Y junto a San Roque González contaremos con la pareja de santos del país y muchos son los que se sacrificaron para tener una santa del Paraguay.
Se comenta que una curación inexplicable para la medicina ocurrió con el bebé Ángel Ramón, quien al nacer, en el 2002 y tras 20 minutos sin signos vitales, volvió a la vida tras clamarle y solicitarle a Chiquitunga. Un montón más de logros divinos e increíbles certifican y apuntalan la santificación de esta villarriqueña.
Mi mamá gua’i, y amiga de Chiquitunga, se encomendaba siempre a ella y comentaba que la futura santa le defendía. Chiquitunga le cuidó a mamá durante sus 96 años...