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Un claro ejemplo de la justicia corrupta y maloliente podría ser el actual juez de Sentencia del Amambay, Leonjino Benítez. El magistrado, que hasta hace pocos meses cumplía funciones en la ciudad fronteriza de Capitán Bado, es calificado por los pobladores como uno de los más corruptos y que más se prestaron al crimen organizado otorgando medidas judiciales favorables a los intereses de los narcos de la zona.
Una de las decisiones más cuestionadas fue precisamente otorgar la libertad, el 2 setiembre del año pasado, al traficante de drogas Felipe “Barón” Escurra, quien según las autoridades brasileñas, es el mayor “exportador” de marihuana y armas al territorio del vecino país. El “rey de la macoña” consiguió su liberación un año después de ser capturado por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad).
El magistrado en forma descarada y sin un pingo de vergüenza habría negociado con el narco su liberación, según nuestras fuentes.
El juez Leonjino Benítez pasó por alto todos los informes provenientes de las autoridades policiales brasileñas, que señalaban que Barón es uno de los mayores proveedores de marihuana al mercado brasileño. Además, el fiscal adjunto antidrogas, Marcos Alcaraz, dijo en ese entonces que ni siquiera el Ministerio Público fue notificado por el Juzgado de la audiencia de revisión de medidas en la que le otorgaron la libertad al narcotraficante.
La orden de libertad “cocinada” para Escurra llegó a Tacumbú y el narco tras ser liberado se dio el lujo de contratar al propio jefe del destacamento militar de Capitán Bado para que lo escoltara desde su lugar de encierro hasta su guarida en la Colonia Cristino Potrero, en las afueras de la ciudad fronteriza.
La medida fue muy cuestionada en todos los ámbitos, incluso el Juzgado de Benítez tuvo que ser intervenido y la Cámara de Apelación del Amambay ordenó nuevamente la captura de “Barón” Escurra, pero hasta la fecha no se concretó.
Lastimosamente, todo quedó ahí porque cuando se esperaba que Leonjino Benítez reciba un castigo ejemplar de parte de sus superiores, fue premiado con el cargo de juez de Sentencia del Amambay. El nombramiento, al que habría accedido gracias a algún “partner” y socio comercial dentro de la Justicia, dejó a la ciudadanía completamente indefensa.
Hoy, el juez Leonjino Benítez está nuevamente en la mira y esta vez sobre un caso de pedido de coima, según las fuertes versiones que corren en los pasillos del Poder Judicial del Amambay. El magistrado habría pedido 5.000 dólares para “solucionar” y liberar a Mario Isidro Fleitas, quien fue detenido en la vía pública el jueves 22 de febrero por soportar una orden de captura por posesión y tráfico de drogas del año 2006. El procedimiento estuvo a cargo de la División de Investigación de Delitos.
El aprehendido le habría pedido tiempo hasta ayer para reunir el monto para que así el magistrado pueda hacer efectiva la liberación. Sin embargo, el negocio al parecer quedó sin efecto cuando empezó a correr la voz sobre las andanzas del juez Leonjino.
El juez Benítez Caballero, al ser consultado sobre el presunto pedido de coima, dijo no saber de qué le estábamos hablando. Al indicársele que de acuerdo a nuestras fuentes él debía decidir ayer si le beneficia con medidas alternativas a la prisión a Fleitas u ordena su reclusión, respondió que fue citado para una audiencia de imposición de medidas coincidentemente para ese mismo día.
Esta es la justicia que tenemos en el Amambay, un departamento apetecido por varios jueces y fiscales, que ansían venir a la zona con el objetivo de hacerse de dinero fácil. Es una pena que el sistema esté prostituido y al servicio de una mafia criminal.
candido@abc.com.py