Y amaneció en el Oriente

Mañana se cumplen 150 años de la instalación en nuestro país de la primera logia masónica que funcionó regularmente en el Paraguay. Desde entonces, la fraternidad estuvo muy presente en la historia, co-adyuvando en la recuperación nacional luego de la hecatombe del 70. La memoria de grandes hombres e importantes obras quedan deslucidas con la situación actual de esa centenaria institución.

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El 1 de enero de 1869, las fuerzas aliadas ocuparon militarmente la capital paraguaya.

La encontraron desolada, excepto algunos extranjeros y famélicos animales.

Con las fuerzas invasoras, llegaron muchos vivanderos y paraguayos exiliados.

Entre la oficialidad brasileña y argentina se encontraban numerosos iniciados en la masonería, esa fraternidad varias veces centenaria de luchadores por el republicanismo, la democracia, la instrucción pública, el conocimiento y la convivencia según reglas de juego civilizadas. Los presidentes de los países beligerantes y los generalísimos de dichos ejércitos eran grandes maestros de la masonería en sus respectivos países: Mitre, Sarmiento, Caxias, Peixoto, Osorio, etc.

Antecedentes en el país

Sabido es también que casi toda la Guerra de la Independencia americana fue realizada bajo la dirección de connotados masones: San Martín, O’Higgins, Sucre, Miranda, Bolívar. La excepción fue el Paraguay, donde las ideas políticas y las ideologías llegaban con relativo atraso, debido a nuestra mediterraneidad, lejos de los puertos donde recalaban mercancía, hombres e ideas.

Uno de los precursores de la Independencia americana, el paraguayo presbítero Juan Pablo Fretes, era asiduo de los círculos frecuentados por los masones, donde se iban incubando los proyectos independentistas. Por otra parte, recordemos que en la obtención de la independencia política de los países americanos tuvieron gran influencia logias masónicas. Por citar solo un ejemplo, el de los Estados Unidos de América: de los 54 jefes y oficiales que lucharon por la independencia, 50 pertenecieron a la masonería, dirigidos por George Washington. En Centroamérica y Suramérica, los líderes también fueron maestros masones.

En el Paraguay, noticias ciertas de la presencia de la masonería datan de los años iniciales del gobierno de don Carlos Antonio López, cuando en 1845 funcionaba –en la clandestinidad– la logia Pitágoras, dirigida por el venerable Enrico Tuba, supuesto masón de origen italiano.

De esa época también data el funcionamiento de la logia volante Conway, cuyos trabajos se realizaban a bordo del buque británico “Locust”, del comodoro sir Ernest Hotham, diplomático llegado al país para el reconocimiento del Gobierno paraguayo por la Corona inglesa. A esta logia ingresaron muchos ingleses y paraguayos anteriormente consagrados y otros iniciados entonces.

La primera potencia masónica y autónoma independiente de América del Sur fue el Gran Oriente del Brasil, fundado el 17 de junio de 1822 en Río de Janeiro. Su primer Gran Maestro fue el patriarca de la independencia brasileña, José Bonifacio de Andrade e Silva.

Fue en el seno de esta donde se gestó la independencia brasileña, concretada con el Grito de Ipiranga, en 1822. Este Oriente propició, en su momento, la fundación de la primera logia masónica paraguaya.

La masonería en Paraguay

Mañana se cumple exactamente 150 años de la instalación oficial de la primera logia masónica en nuestro país. Se llamó “Fe”, y trabajó bajo el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, con los auspicios del Gran Oriente del Brasil, del Valle Benedictino de Río de Janeiro.

Esta logia y otras que se fundaron después acogieron en su seno a numerosos acólitos, la mayoría de ellos de principalísima actuación en los intensos días en que la República iba reorganizándose: Toribio, Fernando y Daniel Iturburu; Félix Egusquiza, Cayo Miltos, Juan Antonio Jara, Miguel Haedo, Remigio Cabral y Cándido Bareiro, Benigno Ferreira, Otoniel Peña, Adolfo Saguier, Jaime Sosa Escalada, Cirilo Antonio Rivarola, entre otros.

Debido al calamitoso estado de mucha gente sobreviviente de la Guerra de la Triple Alianza, los cofrades de la logia “Fe” fundaron, el 6 de junio de 1869, un asilo que llegó a atender a más de 2.000 personas.

Varias semanas después, el 28 de julio de 1869, el Supremo Consejo Grado 33 de la masonería argentina autorizó a uno de los principales miembros, el médico José Roque Pérez, a fundar logias en el Paraguay y a conferir grados masónicos; de esa manera, se fundó en Asunción la logia masónica Unión Paraguaya Nº 30. El doctor Pérez fue el enviado extraordinario del Gobierno argentino para la constitución del Gobierno provisorio de 1869.

En aquellos días augurales de la República del Paraguay, fueron iniciadas otras personalidades; muchas de ellas llegaron a las más altas cumbres del poder político, como Juan Bautista Gill, Juan G. González, etcétera.

Varios masones de proficua actuación pública se iniciaron en la masonería en el extranjero, como Bernardino Caballero, hecho masón en el Brasil, y Gregorio Benites, en la Argentina.

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