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Marito aseguró la semana pasada que no solicitará a los senadores oficialistas (ocho en total) apañen una conducta delictiva, sin mencionar directamente a Amarilla.
De esa manera trató de desmarcarse del legislador llanista involucrado en el escándalo de la adjudicación –por el momento suspendida– de un servicio de seguridad al IPS por G. 140.000 millones.
En el caso, Amarilla participó para “ayudar” a su amigo Óscar Chamorro Lafarja, dueño de una firma de seguridad favorecida, y estuvo en la reunión en la que intentaron sobornar al periodista de nuestro diario Juan Carlos Lezcano para dejar de hacer publicaciones sobre el multimillonario contrato.
Marito recordó que tienen un pacto con el bloque liberal llanista del Senado que viene ya del año pasado cuando este sector del PLRA apoyó la designación del abdista Silvio Ovelar en la presidencia del Congreso. Aseguró el Presidente que el acuerdo político no tiene vinculación con la cuestión de Amarilla.
“Caiga quien caiga”
El Mandatario deberá optar por priorizar el pacto político o mantener una postura coherente con su discurso del combate a la corrupción “caiga quien caiga”.
Para el Ejecutivo, soltarle la mano a Amarilla podría significar la pérdida de apoyo del grupo llanista (nueve senadores) y además sumaría otro voto en contra si se produce la expulsión del cuestionado parlamentario, que será reemplazado por el suplente Eusebio Ramón Ayala (PLRA, efrainista).