Afirman que el PLRA puede llegar a la Presidencia en el 2018

–¿Cuál es su movimiento?

–Movimiento Equipo Joven (de Blas Llano) y aliados. Hay varios movimientos que me apoyan para las elecciones del 26 de junio: el equipo de Yoyito Franco, Lista 10; de Tito Saguier, Lista 6, y otros.

–Usted fue intendente.

–Sí, de la ciudad de Villa Elisa.

–Hay un movimiento inusitado en el PLRA para esta elección. Es muy llamativo.

–Y sí... Lo que pasa es que ahora hay una motivación especial después de las elecciones municipales. Consideramos que salimos victoriosos. Ganamos más municipios que antes: Caacupé, se recuperaron Fernando de la Mora, Mariano Roque Alonso, Lambaré, la capital, Asunción en Alianza. Se ganaron distritos demasiados importantes. En cantidad llegamos a 97 intendencias. Teníamos 95. El desempeño que tuvimos nos entusiasma. Cada vez estamos más convencidos de que podemos ganar la Presidencia de la República en el 2018, eso si llegamos a cerrar acuerdos con los demás sectores. Solos tampoco vamos a llegar.

–¿Usted es partidario de continuar con esta fórmula de la alianza con partidos menores?

–Definitivamente. La figura que está hoy más cerca es la concertación. Nuestro plan es preparar un gran equipo encabezado esta vez por un liberal. Primero debemos hacer los ejes programáticos y luego ver la persona que pueda encabezar.

–¿Qué liberal puede encabezar?

–Hay demasiadas personas capaces para ser Presidente. Está (Miguel Abdón) Saguier, un gran luchador de todos los tiempos, que ya hizo pública su candidatura. No se puede descartar al gobernador de Central Blas Lanzoni o Carlos Mateo Balmelli.

–¿Qué opina de los que dicen que el PLRA solo sirve de plataforma para catapultar al poder a extraños al partido?

–El PLRA hizo lo correcto al apoyar a Lugo en el 2008 para producir la alternancia. Todos sabemos que ese modelo político, económico, social de izquierda que se quiso imponer fracasó y llevó a la miseria a nuestros vecinos, Argentina y Brasil. En Venezuela está haciendo pasar penurias a la población. Ese modelo es hoy inadmisible en el Paraguay. Nosotros somos pragmáticos. Queremos asociarnos a los que estén dispuestos a llevar adelante el desarrollo del país. No nos interesa formar parte de un sindicato de presidentes que proclaman una cosa y hacen otra completamente distinta. Queremos un modelo que le sirva al país.

–¿Cuál es el modelo que hay que imaginarse?

–Un modelo que trabaje y garantice la inversión de capitales extranjeros para la generación de empleo, en primer lugar. Las rentas que se producen en el país queremos que se reinviertan sobre programas sociales. Queremos que las ayudas condicionadas para combatir la pobreza sean temporales, que sirvan para garantizar que los chicos vayan al colegio, para su alimentación y para asegurarse sus vacunas. Somos contrarios a la subvención absoluta, esa que ha llevado a otros Estados a la quiebra. Ese es un modelo que fracasó y que desgraciadamente desestabiliza a algunos países como Venezuela y Brasil.

–Alguien tiene que pagar.

–Todos terminamos pagando la cuenta de la repartija que hacen los corruptos y los populistas.

–El presidente (Horacio) Cartes dijo que en dos años y medio, su gobierno hizo más que los gobiernos de Nicanor, Lugo y Franco juntos.

–Yo creo que es al contrario. Empeoró. Cartes es como el gobierno de Wasmosy, que estuvo más concentrado en beneficiar a su grupo de empresarios y a él. Sus administradores de ministerios no conocen la realidad del campo. Se mal invierte en la agricultura. Se fracasó en la siembra del sésamo, en la caña de azúcar, el algodón no existe más. El Estado está ausente.

–La crítica apunta a liberales que tuvieron su oportunidad como gobierno con Federico Franco y terminaron denunciados.

–Como todos saben, el entonces vicepresidente Federico Franco se vio obligado a asumir el Gobierno por la incapacidad del que fue electo para presidente, Fernando Lugo. Su inoperancia hizo que no culminara bien el Gobierno. Federico Franco entró para defender la dignidad nacional ante un escenario internacional belicoso hacia nuestro país. Al Paraguay le cerraron las puertas hasta sus socios del Mercosur, gobernados por una izquierda mezquina a los que finalmente se les cayó la máscara. Resultaron ser los gobiernos más corruptos de la región, como se está demostrando hoy que fueron los gobiernos de Cristina Kirchner y de Dilma Rousseff. Se erigieron en jueces para tildarnos de ilegítimos, vivamente apoyados por el grupo de Lugo. A pesar de navegar bajo tormenta creo que Federico nos legó algunas obras importantes.

–Algunos de sus ministros están procesados.

–Ningún miembro de su gobierno tiene hoy una sentencia por actos de corrupción. Antes de que la justicia dilucide, la Constitución Nacional garantiza que se presume la inocencia.

–¿Confía en su inocencia?

–Yo soy abogado. He visto el expediente (del caso Enzo Cardozo). La denuncia se refiere a la transferencia de recursos del Ministerio de Agricultura a los comités. Esos comités finalmente rindieron cuenta. No falta ningún papel que diga que no rindieron cuenta. Hasta ahí al menos no se puede demostrar que hubo desfalco. Vamos a dejar que la justicia se tome su tiempo y determine. Es más, en este gobierno (de Horacio Cartes) se usaron los mismos procedimientos pero hasta por seis veces más del dinero que utilizó Enzo Cardozo, por ejemplo. Entonces, si se sigue procediendo de la misma forma es porque está encuadrado dentro de la ley. De lo contrario, el gobierno de Cartes no hubiera aplicado.

–¿A qué atribuye la alarmante corrupción con dinero del Fonacide, con los royaltíes de Itaipú en las intendencias, usted que fue intendente?

–Le explico. Existen 258 municipios en toda la República entre colorados, liberales y demás. La ley de Fonacide era nueva. Se fue reglamentando en forma gradual durante cuatro años. Entonces, se juzga por obras que empezaron antes de la reglamentación. Yo sostengo con firmeza de que la descentralización en nuestro país es fundamental. El porcentaje de descentralización en el Paraguay es 4%. Es muy bajo.

–Sin embargo, muchos están convencidos en que es como darle una hoja de afeitar al mono (“mono con yilé”).

–No es así. Hoy, los gobiernos departamentales y las intendencias son controladas por las comisiones vecinales en el caso de obras públicas, por las asociaciones de padres en el caso de las escuelas. En segundo lugar está la Junta que está representada por los partidos. En tercer lugar, viene la Contraloría que pide informes cada 2 meses. Antes era cada 4. En cuarto lugar está Hacienda. En quinto lugar está la auditoría del Ejecutivo. No hay institución en el país hoy que tenga tanto control como los municipios. Además, nadie se arriesga porque sí a hacer mal las cosas. Nadie quiere perder su tranquilidad y menos la tranquilidad de su familia.

–¿Por qué dicen que el PLRA es un partido desgastado?

–El PLRA es un partido grande con más de 1.300.000 afiliados. Es horizontal y abarca todos los niveles sociales. Lo que pasa es que hay personas que se aprovechan de su plataforma. Engañan al electorado. Ganan y cuando les conviene hacen carpa aparte, caso Carlos Amarilla.

–Hoy está expulsado.

–Él ganó su banca por el partido y se retiró, pero no deja su banca. Este es un país libre, pero no se le puede estafar así al electorado sin pecar de inescrupuloso. En el norte, en San Pedro tenemos un problema parecido. De 12 intendencias que ganamos bajamos a 5. A muchos de nuestros afiliados se los confundió ideológicamente.

–¿Cómo?

–El diputado de esa zona, José “Pakova” Ledesma, se presenta como liberal para ganar las elecciones y después trabaja como secretario de Lugo. Esa actitud inmoral es lo que hace que perdamos intendencias. “Pakova” Ledesma, la próxima vez tendría que ponerse la camiseta del Frente Guasu y no usar más al PLRA como escalera. Con gente genuflexa no vamos a llegar a ningún lado. Necesitamos un partido con identidad doctrinaria.

–Usted se considera reformista, renovador pero promociona veteranos, los que, según sus rivales, deberían ir a cuarteles de invierno.

–Yo no puedo excluir a nadie. Mi papá era un dirigente de 70 años, de Caaguazú, Pastoreo, Santiago Amarilla. Imagínese si excluimos a los que alzaron la bandera del partido en la época más dura de la dictadura. Si desconocemos nuestra propia historia, eso es lo que nos va a hacer perder fuerza, identidad, moralidad. Cuando hablamos de renovación eso no significa que ellos no nos deben acompañar y ayudar. Cómo voy a excluir a un Yoyito Franco, a Blas Llano, Tito Saguier, a Amanda Núñez y otras tantas figuras del PLRA. Ellos son los que tienen autoridad moral para atraer ese caudal de 60% de población joven, de menores de 30 años.

–¿Qué estrategia se imagina para vencer a los colorados en el 2018?

–Primera acción concreta es fortalecer los gobiernos locales, allá donde ganamos intendencias, propios y en alianza. Tenemos que buscar que esos gobiernos hagan una buena gestión y buen trabajo. En segundo lugar, tenemos que fortalecer internamente al partido y captar afiliados nuevos. La fórmula es concertación y pelear a que sea un liberal el que encabece el proyecto electoral del 2018, con el objetivo seguro de conquistar la Presidencia de la República. Es un trabajo duro que yo estoy en condiciones de hacer a partir del 26 de junio, la fecha de las elecciones.

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