El senador Enrique Bacchetta (ANR, Añetete) llamó a conferencia de prensa al término de la sesión extraordinaria del Senado para pedir “perdón” a la ciudadanía, a su familia y a sus colegas parlamentarios y del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Dijo que asumía su “error” y afirmó que le “traicionó el corazón” cuando escribió un mensaje de apoyo al diputado Ulises Quintana, procesado y preso en Viñas Cue, a quien calificó de compañero de causa. Aclaró que nunca trabajó con Quintana hasta la última campaña electoral y se contradijo así sobre el grado de amistad que expresa al procesado desde sus redes sociales.
“Como juez me equivoqué” sostuvo, pero se jactó de que siempre ha respaldado el trabajo de la fiscala del caso Lorena Ledesma. Insistió en que nunca cometió “ninguna ilegalidad” y que ya se disculpó con los agentes fiscales involucrados.
Sin embargo, al consultarle si renunciaría a ser “juez de jueces”, dijo: “Voy a hablar conmigo mismo. Lo único que les puedo asegurar es que no he cometido un hecho punible”.
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Señaló que no tomaría ninguna decisión hasta hablar con las diferentes bancadas del Senado, representantes del gremio de abogados y de la Comisión Escrache, a quienes les dijo que se sigan manifestando pero sin recurrir a la violencia.
Al tocar el tema del escrache, entre lágrimas, dijo que le tiraban huevos y piedras en su casa y que sufre cuando su nieta escuchaba cuando lo llaman ladrón. “Yo no soy un ladrón. Me dolió por mi nieta y me emociona esta situación y sé que van a reírse de mi dolor”, dijo el legislador previendo la indignación y burla de la ciudadanía en redes sociales en internet ante sus lágrimas.
A nivel político, dijo que no habló del tema con el presidente Mario Abdo Benítez e incluso sostuvo que el tema no le corresponde al mandatario, quien elude el asunto, ni al vicepresidente Hugo Velázquez, quien ya lo cuestionó por sus expresiones.
Senado elude debate
Por otro lado, nadie en el Senado pidió abrir el debate sobre el caso Bacchetta. Siguiendo el reglamento, el pleno únicamente debatió y aprobó el pedido de ingreso de instructores militares Navy SEALs de EE.UU. que trabajarán con el equipo antidrogas de la Prefectura Naval.
Varios senadores expresaron su repudio a la convocatoria solo para estudiar este punto alegando que el Ejecutivo no remitió informes completos sobre el ingreso de los militares.