El 28 de diciembre del 2017, la Fiscalía imputó a los exsenadores Óscar González Daher (ANR) y Jorge Oviedo Matto (Unace), y el exsecretario del Jurado Raúl Fernández Lippmann, por los delitos de asociación criminal, cohecho pasivo agravado y tráfico de influencias.
En la misma causa, los abogados Carmelo Caballero y Rubén Darío Silva Segovia fueron imputados por los delitos de asociación criminal, soborno agravado y tráfico de influencias.
Tras la acusación correspondiente, hoy se debió realizar la audiencia preliminar para resolver acerca del pedido de elevación a juicio oral y público.
Sin embargo, el juez Rolando Duarte se vio obligado a posponer la diligencia, debido a que el expediente se encuentra actualmente en la Corte Suprema de Justicia.
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La abogada Sara Parquet, defensora de González Daher, dijo que la Corte debe resolver la recusación presentada contra los camaristas Arnulfo Arias, José Agustín Fernández y Carlos Escobar. Posteriormente, la Cámara deberá resolver los pedidos de nulidad de la imputación y nulidad de los audios. También deberá expedirse acerca de la competencia del juez Duarte.
Cabe señalar que la Cámara ya había rechazado estos planteamientos, pero la abogada Parquet los volvió a plantear.
“Como defensa vamos a exigir el cumplimiento del debido proceso. No porque se trate de Óscar González Daher, aquí no se van a cumplir los pasos del proceso penal. Las causas queremos que se resuelvan acá en los tribunales y no en los medios”, dijo Parquet.
“Sostenemos como desde el inicio lo dijimos, que los audios son ilegales y no pueden usarse como medios probatorios. Vamos a hacer que se cumpla eso”, agregó la defensora.
El escándalo de aprietes y negociados se inició cuando radio ABC Cardinal empezó a difundir audios de conversaciones del exsecretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Raúl Fernández Lippmann, con jueces y fiscales, los cuales dejaron en evidencia los oscuros manejos de la justicia.
Presionado ante el desvergonzado manoseo de la Justicia, González Daher fue destituido y a Oviedo Matto no le quedó otra alternativa que renunciar.