Con Evo Morales se incuba un Nicolás Maduro en Bolivia

Pedro Gareca, ex fiscal general del Estado de Bolivia, conocido jurista de su país, denuncia que el presidente Evo Morales ha dado un paso más para perpetuarse en el poder pisoteando la Constitución y la voluntad popular con absoluta impunidad. Hace un mes hizo aprobar una sentencia judicial que lo habilita a ser reelegido en forma indefinida, como hizo Stroessner en 1977. En esta entrevista Gareca expone sus argumentos y advierte a la comunidad internacional que se está incubando un Nicolás Maduro en Bolivia.

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–¿Por qué dejó de ser fiscal general del Estado. Qué está pasando ahora en Bolivia Dr. Gareca?

–Yo fui fiscal general del Estado. Renuncié hace ya varios años por el rumbo torcido que fue adquiriendo el Gobierno de Evo Morales. Soy miembro del Colegio de Abogados de Sucre, hago post grado en la Universidad de San Francisco Javier de Chuquisaca y también en universidades privadas. Dicto conferencias constantemente sobre este tema muy recurrente, tratando de dar líneas de certeza jurídica al ciudadano porque todo el mundo pregunta qué podemos hacer ante tanto abuso de poder. Un sistema populista como el que vive mi país controla todo.

–Controla las instituciones..

–Controla los órganos oficiales, el Congreso, el Poder Judicial, tiene a su servicio a los militares y policías. Controla todo.

–¿Cómo llega a este punto de monopolizar todo sin que nadie pueda detenerlo?

–La debilidad, la ineficiencia de los gobiernos democráticos que emergieron con la restauración democrática de 1982, la corrupción, el tráfico de influencias, la falta de justicia hicieron que los ciudadanos, desesperados por no tener mejoras eligieran ilusionados a este señor que prometió a indígenas y campesinos participación en el Estado.

–¿Qué hizo? 

–Ni bien subió al poder creó el bono “Juancito Pinto” y el bono “Dignidad.” Son 200 pesos (30 dólares) bolivianos que le dan a los padres de los niños para evitar la deserción y a los mayores de 60 años. Es una fórmula para perpetuarse a cambio de limosnas. Ahora, para perpetuarse, Evo Morales hizo aprobar la reelección indefinida por un tribunal judicial...

–Los pueblos se dan cuenta tarde cuando estos gobiernos se enraizan y se quedan...

–En el caso de Evo Morales y de otros gobernantes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua y últimamente Honduras -donde está cuestionada la elección del Presidente - son alevosos estos procesos que se dan por encima de la Constitución. La reelección indefinida equivale a dictadura y nosotros, el pueblo, tenemos el derecho de pedir la inaplicación de este tipo de sentencias impuestas en forma autoritaria. En Bolivia, los jueces acaban de cometer prevaricato con una sentencia que sacaron el 28 de noviembre pasado. Seis magistrados habilitaron a Morales a reelegirse indefinidamente. Ellos ya habían sido consultados antes. En la primera consulta ya dijeron que podía ser elegido por única vez, en 2009. En el último referéndum de 2016, el pueblo dijo que no podía ser reelegido otra vez. Pero Morales denunció que se atentaba contra sus derechos humanos de reelegirse. Los jueces, que están a su servicio, le favorecieron.

–¿Cómo se puede frenar esa grosería de perpetuarse? 

–A nivel interno, si todavía funcionan las instituciones, se puede recurrir a un amparo constitucional, porque está violando los derechos humanos de la sociedad.

–Y ¿a nivel internacional? 

–A nivel internacional hay que reforzar las tres demandas que ya han sido planteadas por los partidos políticos de oposición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y que luego, con el informe favorable, pasará a la Corte Interamericana, para que esta sea la que haga la interpretación correcta del artículo 23 de la Convención (de DDHH) y deje inaplicable esta sentencia 084 del 28 de noviembre pasado, una sentencia que riñe con el Pacto de San José de Costa Rica. Lo que hizo el tribunal fue una interpretación sesgada, equivocada, parcialista para favorecer un proyecto dictatorial.

–A nivel internacional son lentos los plazos. A Nicolás Maduro ya ni le importa lo que diga o haga la OEA...

–Pero existe la vía internacional y nosotros tenemos fe en la solidaridad internacional con el pueblo boliviano. Existen tres demandas en la Comisión Interamericana y hay una cuarta que se anuncia en contra de esta última sentencia de noviembre que le autoriza la reelección indefinida. A tales demandas habría que complementarlas con las sentencias.

–El daño que producen los gobiernos autoritarios es inconmensurable. El Gobierno de facto de 1999, en Paraguay dejó al país al borde del default cuando se fue en 2003...

–Efectivamente hay un daño grande y en esto nos tiene que ayudar la Comisión Interamericana y la Corte Interamericana porque hay un referéndum, el de 2016, que es vinculante y obligatorio tanto para el Presidente como para los magistrados del tribunal constitucional y todos los ciudadanos. Como sabemos que va a demorar el fallo, ya con una medida cautelar se evita la aplicación. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ya lo dijo. El artículo 23 habla de acceso a la función pública en condiciones de igualdad. Toda sentencia que sale de la Corte Interamericana, fuera de ser obligatoria y vinculante, también establece los daños y perjuicios causados, y el Estado tiene que indemnizar a las víctimas, en este caso a los ciudadanos de Bolivia.

–¿Esta demanda que hizo Morales a Chile por el tema del acceso al mar, no tiene un trasfondo populista para entretener con el nacionalismo y hacer olvidar a la gente de su plan? 

–Tanto yo como todos los bolivianos estamos de acuerdo con la demanda internacional ante la Corte de La Haya. Se pide un diálogo con Chile para el acceso de Bolivia al mar que lo tiene ahí muy cerca. Pero a mí me parece paradójico que mientras el Estado recurre a un organismo internacional para que le restituyan un derecho humano como es tener acceso al mar, Morales dice que le están violando su “derecho humano” de reelegirse. Hace más de una década que está en el poder. Nadie le viola sus derechos.

–Desopilante. ¿Dice que se atenta contra sus derechos humanos?

–Yo creo que ellos han asumido el Gobierno para quedarse. Lo dijo en su primer discurso en el 2006. “Nos quedaremos 50 años” Quiere descontextualizar las instituciones. Su objetivo es destruir las instituciones. Quiere hacerlo para tapar la corrupción en ascenso, para controlar todas las instituciones en forma hegemónica con sus seguidores, y segundo, para seguir con sus planes de ampliación de las plantaciones de coca. De 12 mil hectáreas que habilita la ley de 1988 Morales aumentó a 22 mil en la región del Chapare. Son las cinco federaciones del Chapare las que llevaron y lo sostienen en el poder. Esto tiene un trasfondo para quedarse atornillado al poder...

–¿Qué pasa si sale por propia voluntad o por la fuerza?

–Estar fuera del poder nos permitirá conocer todos los negociados que se han hecho a costa del Estado boliviano y que han hecho mucho daño económico al país. Solo el referéndum de 2016 en el que fue derrotado, costó 20 millones. Ese dinero podía haber ido a salud y educación. Eso se llama daño económico. Ahora mandó hacer elecciones para elegir jueces, otros 20 millones. No tienen legitimidad. No se fue a votar nadie por ellos. El los va a poner en posesión el 3 de enero a pesar de haber obtenido 1 y 2% de votos. Es una ley que mandó redactar e hizo aprobar por su gente. Es una elección espúrea completamente dirigida. Es evidente que necesitan permanecer en el poder para no ser descubiertos y vaya a parar a la cárcel por todos los atentados que se ha cometido contra la economía del Estado.

–Claro. Ecuador está dando buen ejemplo. Está preso el Vicepresidente recién electo. En Perú hay dos Presidentes presos y hay un tercero a punto, Toledo. En Argentina está sometida a proceso, Lula también...

–No tengo más que decirle. En mi país se incuba otro Nicolás Maduro. Le tiene miedo a las auditorías que se van a abrir y que lo van a comprometer. Es por eso que quiere permanecer en el poder, para no ser fiscalizado jamás. Es el negocio del populismo que se instala en un país y eso lamentablemente pasa en Bolivia.

–¿Usted no tiene miedo de hablar así? Bolivia ya tiene muchos exiliados con muchos años sin poder pasar la Navidad en su casa y con su familia? 

–Yo no tengo miedo. En todos los foros yo denuncio lo que le estoy diciendo... 

–¿No se siente monitoreado? 

- Todos sabemos que ellos controlan los teléfonos pero yo no les tengo miedo. Soy muy católico y tengo un ejército de ángeles que me protege. Me protegieron desde que fui fiscal general del Estado y me siguen protegiendo ahora que soy un ciudadano de a pie. Tengo principios de verdad y de justicia que juré ante la Constitución. Cuando me gradué juré defender la Constitución y luego, la segunda vez juré cuando me posesionaron como fiscal general. Tengo los principios bien enraizados a la tierra. Digo la verdad y no le tengo miedo al poder político. Aclaro, no soy militante de ningún partido, tanto es así que no solo le critico al Gobierno. Le hago propuestas de reformas a favor de la justicia.

El jurista alemán Peter Haberle, un notable constitucionalista, dice: “un Estado que descubre y practica los derechos humanos, un Estado que respeta las libertades públicas de los ciudadanos, en lo general es un Estado de justicia”, y eso es lo que quiero que en mi país se reencauce y se fortalezca: la justicia; y no quiero que se la manipule más, y no se la sojuzgue y no sea sometida por un poder hegemónico circunstancial. Yo defiendo la libertad de los ciudadanos, no del poder. Por eso tengo esperanza. Haberle dice: “siempre hay una gama de posibilidades de independencia en los órganos de los Estados pero eso respetando el Estado de Derecho. Solo así podremos disfrutar de una justicia igualitaria.

holazar@abc.com.py

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