Con la teoría Lugo, Stroessner se presenta

El expresidente de la convención nacional constituyente Óscar Facundo Ynsfrán reitera que la Constitución prohíbe la reelección de los presidentes electos. En esta entrevista califica de ridícula la teoría luguista que defiende la reelección de Fernando Lugo porque fue destituido y no terminó su mandato. Dijo que si se acepta esta tesis, si todavía viviera, Alfredo Stroessner también tendría derecho a presentarse porque fue defenestrado.

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–¿Ignorancia? ¿Viveza? ¿Oportunismo? ¿Pescan en río revuelto? ¿Qué hay detrás del debate sobre la reelección?

–En el 2006 primero y en el 2011 después, cuando Nicanor y Lugo reflotaron el tema de la reelección, unos 100 convencionales constituyentes del 92, firmamos una declaración que rechazó esa pretensión de desvirtuar la letra y el espíritu de la Carta Magna. En aquella convención estuvimos 198 convencionales, 122 colorados...

–Tenían mayoría absoluta...

–Lo que rescato de la constituyente de 1992 que me tocó el honor de presidir es que fue la más libre, soberana, independiente y pluralista de nuestra historia. Cada uno de los partidos representados: Colorado, Liberal, Febrerista, Demócrata Cristiano, Constitución para Todos –una proyección del movimiento Asunción para Todos– presentaron sus proyectos. Le puedo jurar que no recibí nunca una llamada del presidente de mi partido o del Presidente de la República para presionarme. La Constitución fue producto del 95% a 98% de consenso. Hubo patriotismo y lucidez. Hubo valores que no podemos olvidar en ese conglomerado de personalidades que ayudaron a redactarla.

–¿El tema de la reelección fue el punto central de la discusión?

–No se puede desconocer que ocupó gran parte del debate...

–“El Presidente no puede ser reelecto en ningún caso”. ¿Qué es para usted “en ningún caso”?

–Los constituyentes querían asegurarse de que no haya más dictadores. Como dice la palabra, “reelección” es la repetición de una elección. Haya o no terminado el presidente su período constitucional, por renuncia o juicio político, no puede más ser reelecto. La frase: “en ningún caso” resume todo. Es completamente absurda la tesis del abogado de (Fernando) Lugo.

–¿Fariña?

–Sí, (Marcos) Fariña... Es una tesis antojadiza que no tiene pie ni cabeza. Lo más grave es que al Presidente de la República le quieren vender un buzón algunos adulones diciendo que él puede renunciar seis meses antes y presentarse de nuevo.

–Fariña dice que Lugo tiene derecho porque no terminó su mandato, porque lo echaron...

- Con esa teoría de Lugo también Stroessner tendría derecho porque no terminó su mandato. Lo echaron (en el 89). “Los Presidentes durarán cinco años improrrogables y no podrán ser reelectos en ningún caso”. Son términos absolutos muy claros. Quienes fueron electos no pueden volver a reelegirse...

–Le piden a la Corte Suprema que dictamine...

–La Corte Suprema no puede dictaminar nada.

–La “certeza constitucional” ¿es un invento?

–Es un invento.

–Usaron ese invento para la continuidad de González Macchi y la repartija del poder entre colorados, liberales y encuentristas en el 99, un gobierno de facto que rapiñó el país...

–No se interpretó bien. Le correspondía la Presidencia a González Macchi. No tenía por qué recurrirse a la Corte. Por ética y moralidad, González Macchi tenía que haber llamado a elecciones y no lo hizo. Era un presidente provisorio. Fue un error de la Corte dictaminar sobre el asunto. Lo que hizo no crea jurisprudencia. La Corte Suprema de Justicia dirime conflictos entre particulares o entre el Estado y particulares. No emite dictamen. La certeza constitucional es un dictamen. No está contemplada por la Constitución.

–Stroessner tampoco llamó a elecciones después del Golpe del 54...

–No. Cuando lo echó a Federico Chaves debió llamar a elecciones. Pero hizo interinar la Presidencia a don Tomás Romero Pereira y después de tres meses asumió para completar el período.

–La picardía que usan para mantenerse en el poder desborda la imaginación. Termina siempre en persecución y muerte...

–El elixir del poder embriaga a los gobernantes de turno. No estoy hablando del Presidente actual en caso que esté inmerso en un proyecto así. Solamente defiendo lo que dijeron los constituyentes de quienes fui su director de orquesta. Yo más que nadie debo honrar la Constitución.

–Al recurrir a la Corte, ¿entonces se viola la Constitución?

–Sí. Al recurrir a la Corte se viola la Constitución. En la primera Constitución de Don Carlos había un artículo que establecía la pena de muerte a los violadores de la Constitución. Está bien, (Fernando) Lugo puede recurrir a la Corte Suprema, pero cuando inscriba su candidatura y le rechace el tribunal, o no le rechace y lo denuncian. Entonces puede ir a la Corte a litigar. Si recurre ahora es totalmente extemporáneo...

–¿Para usted también es claro que la modificación debe ser vía reforma y no enmienda?

–En materia de reelección la modificación se tiene que hacer por reforma. En la parte final (del documento) dice que solamente se pueden reformar a través de una asamblea constituyente la elección, duración del mandato, que es cinco años improrrogables, y la no reelección absoluta.

–Tiene candado...

–Tiene candado y está blindado.

–También dicen que está mal redactada...

–Está muy bien redactado... No se puede poner: “el Presidente no podrá ser reelecto ni siendo expresidente”. Qué redacción más fea. “El presidente y los expresidentes no podrán ser reelectos”. Es más fea todavía. La redacción es correctísima. “No podrá ser reelecto en ningún caso”. Ahí se consagró la no reelección absoluta.

–Dicen que el espíritu de los constitucionalistas es una cosa, pero la letra es la que rige...

–¿Cómo ellos pueden eludir la frase “en ningún caso”? Sería una burla darle otra vez la Presidencia a Stroessner si todavía existiera. Se estableció “reelección nunca más”. Esa frase no inventaron los paraguayos. Está en la Constitución de México. No es el único reaseguro contra la dictadura. Se acabó con el Estado de Sitio, el Consejo de Estado, se introdujo el juicio político. Es de ignorantes o de tramposos insistir en que el Presidente puede ser reelegido. Con la Constitución del 92 se estableció un orden espléndidamente humano en el que se declara al Paraguay una nación libre e independiente, que adopta la forma de gobierno democrático-representativa, que antepone a todo los derechos humanos. Es de última generación porque cubre todo: desde el derecho a la vida, el derecho de familia, derecho a la salud, a los derechos individuales, sociales, económicos, derechos de los trabajadores, de los partidos políticos. La Constitución es espléndida y no debería ni tocarse. Lo menos posible hay que tocar.

–¿Y si se quiere introducir la reelección?

–Y que se pongan de acuerdo todos, como nos pusimos de acuerdo todos en el 92. No entiendo por qué se buscan atajos.

–Tanto blindaron que hasta pusieron esos artículos durísimos contra el cónyuge y los descendientes...

–Eso está en el capítulo de las inhabilidades. “No pueden ser Presidentes el cónyuge y los descendientes hasta la cuarta generación”. La Constitución nos asegura hasta contra las dinastías, algo tan perjudicial, nefasto y recurrente en América Latina...

–Pasó en Argentina...

–Claro, Néstor Kirchner le pasó el poder a su esposa...

–En Perú, Ollanta Humala tiene problemas después de compartir el poder con su esposa...

–Pero no solo los parientes. El elixir del poder se apodera de la mayoría. Fíjese en Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y, lo más extremo, Cuba: partido único, donde está prohibida la libertad...

–Esa prohibición al cónyuge y los hijos enojó mucho al general (Andrés) Rodríguez...

–Sí. Convocó a sus seguidores al Palacio. Se sintió agraviado...

–Ya se hablaba de la candidatura de su hija...

–Desde la sede de la convención (en el edificio del Banco Central) nos enteramos del gran barullo que había en el Palacio, de gente que iba a llevarle adhesión. Yo lo llamé y me dijo: “Venga aquí inmediatamente”. Me recibió enseguida. Tenía un palo en la mano, me acuerdo. Tenía muy mal semblante, cara larga... Yo estaba tranquilo. “Señor Presidente, a mal tiempo buena cara...”, le dije. “¡Sí pero me han insultado, insultaron a mi familia. Han insultado a las Fuerzas Armadas. Se pusieron a la orden para lo que hubiere lugar y yo les he sosegado!” Me dio a entender que querían disolver la asamblea. Pero Rodríguez se portó...

–No le quedaba otra tampoco, ¿verdad?

–Yo le dije: “Presidente, comparto su enojo” porque realmente él siempre repitió que no iba a aceptar su reelección aunque todos sus adulones vociferaban que sí. Le dije que coincidía con él, que no era necesario poner eso, pero que se hizo la voluntad de los convencionales. Le dije: “Yo lo vine a ver, no para adherirme sino para tener su respuesta si va a asistir o no a la inauguración”. De eso dependía para mandar invitaciones al cuerpo diplomático. “No me conteste en caliente”, le dije, “contésteme después”. Finalmente me llamó y me dijo que no iba a asistir...

–No le pasó el enojo...

–Fue la primera violación formal a la Constitución. La Constitución dice que el poder constituido integrado por el Presidente, los presidentes de las cámaras de Senadores y de Diputados y los miembros de la Corte Suprema de Justicia debían prestar juramento ante la Convención.

–¿No prestaron juramento?

–Prestaron juramento en el viejo Cabildo donde funcionaba el Congreso. Fue la primera violación formal. Tampoco se fue (Gustavo) Díaz de Vivar que era el presidente de Diputados ni Moreno Ruffinelli (presidente de Senadores). No se fue el Presidente de la Corte. El único que se presentó y fue ovacionado por los 198 convencionales fue Jerónimo Irala Burgos, miembro de la Corte, un hombre de mucha rectitud. Nosotros estábamos encerrados. No salimos más en previsión de cualquier hecho. Había rumores de que no nos iban a dejar entrar más (al edificio). La Constitución del 92 consagró primero la libertad y después el orden. Las anteriores constituciones antepusieron primero el orden. De ahí la gran anarquía que reinó después de las dos grandes Guerras. Tuvimos aquel récord de haber tenido seis presidentes en un año. Al velorio de monseñor Bogarín en 1949 asistieron dos Presidentes. A la mañana se fue Rolón al que derrocaron al mediodía. A la noche se fue al velorio su sustituto, el presidente Molas López. Esta anécdota es una muestra gráfica de lo que somos capaces de hacer los paraguayos cuando nos encandila el poder...

holazar@abc.com.py

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