Control y castigo: la medicina para acabar con la corrupción

El Dr. Manuel Dejesús Ramírez Candia obtuvo el máximo puntaje entre más de 50 postulantes a miembro de la Corte Suprema de Justicia, un juez de tierra adentro con 22 años de trayectoria en la magistratura, sede Coronel Oviedo. En esta entrevista, el magistrado, un exdirigente liberal, asegura que, de ser seleccionado se abocará a una campaña frontal para terminar con los focos de corrupción que contaminan el Poder Judicial.

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–¿En qué estado se encuentra el Poder Judicial en su opinión?

–Mi percepción coincide con la de la ciudadanía que considera que el Poder Judicial carece de credibilidad, y hay algunos factores que inciden en esa pérdida de confianza: Primero, la alta injerencia política en sus decisiones; segundo, el alto nivel de corrupción de magistrados y funcionarios. El tercer eje es la mora judicial, el retraso excesivo en las decisiones judiciales. Por otra parte, hay que remarcar el trato discriminatorio hacia los profesionales y también, las regulaciones exorbitantes sobre litigantes que son extranjeros...

–Los extranjeros, hasta de la policía caminera se quejan...

–Sí, y todo eso hace que se pierda credibilidad. Genera sospecha. Es común observar el abuso cuando los litigantes son brasiguayos o menonitas de ciertas zonas del país...

–Gente que no quiere meterse en problemas y paga lo que sea...

–Inventan juicios. Hubo un caso en que la regulación de honorarios fue de un millón de dólares por un pleito de tierras. Se demostró que la firma del demandante era falsificada. Por eso yo siempre controlo. Cuando vienen regulaciones exorbitantes ya paro la oreja. Generalmente es contra extranjeros.

–¿Qué plantea para limpiar el Poder Judicial?

–En primer lugar, yo considero que las decisiones, tanto administrativas como judiciales de la Corte Suprema de Justicia, tienen que tomarse en audiencia pública. Es importante que la ciudadanía se entere cómo y por qué toma tal o cual decisión, por qué designa a un funcionario y no a otro en una oficina administrativa, más todavía en temas tan importantes que afectan al público. Eso va a ayudar.

–¿Cómo piensa combatir la corrupción si lo eligen miembro de la Corte?

–Se combate la corrupción con control y sanción. Hay un departamento de gestión que tiene que controlar permanentemente el cumplimiento de las normas procesales. Solamente mediante el control se detectan las irregularidades. En segundo lugar, considero que se tiene que crear un departamento interno del Poder Judicial que controle el enriquecimiento patrimonial de funcionarios y magistrados. Ante cualquier sospecha de enriquecimiento tiene que operar de inmediato. El control es la medicina. A los funcionarios hay que controlarlos permanentemente. Solo el control férreo funciona. Yo estoy determinado a promover el uso de diferentes mecanismos para vigilar y combatir la corrupción. Los audios demostraron su efectividad en el caso Lavajato en Brasil. En Italia, el operativo Manos Limpias puso a unos 3.000 políticos y funcionarios en la cárcel.

–¿Eso hace falta aquí? 

–Hace mucha falta...

– ¿No existe hoy?

–No existe. Es una responsabilidad de la Corte. También se tienen que erradicar algunas fuentes de corrupción...

–Qué, por ejemplo...

–Pago de viáticos por constitución, pago de viáticos por controlar el régimen de arresto domiciliario. Si hay necesidad de pagar eso tiene que pagar el propio Poder Judicial, no los litigantes...

–¿Pagan los litigantes? Debe ser una industria entonces...

–Sí. Es una especie de adquisición anticipada de sentencia. Se cobra por constituirse. Es como usted dice, una industria. Es una fuente de corrupción que se tiene que suprimir...

–¿Y los supernumerarios?

–En el Poder Judicial hay que replantear todo. El comisionamiento por ejemplo no debe existir porque revela que la creación de ese cargo no era útil. En la estructura judicial hay más cantidad de funcionarios afectados a los servicios administrativos que a la actividad jurisdiccional...

–Entre paréntesis, planilleros...

–Imagínese. La Corte Suprema tiene 16 departamentos administrativos: de género, de derechos humanos, de gestión administrativa, etc. con una cantidad de funcionarios afectados pero que no tiene nada que ver con lo jurisdiccional. No tengo datos pero puedo señalar que en algunas circunscripciones hay más funcionarios administrativos que funcionarios afectados a la tarea judicial, y eso se tiene que revertir. Parece que hay que recordar muchas veces que este es un Poder Judicial y no un centro de empleo.

–La mayoría coincide en que los últimos elegidos como ministros fueron una decepción. Se adaptaron pronto al statu quo.

–Es cierto. Ha habido candidatos que han dicho una cosa antes y que cuando fueron ministros cambiaron. Corremos todos ese riesgo. Entonces, lo importante es la publicidad de los actos. Eso va a permitir más presión y mayor control. A mi favor puedo decir que ingresé a la magistratura hace 31 años y soy juez desde hace 22. Soy miembro del Tribunal de Apelación, segunda sala, en lo civil, en lo penal y en lo laboral en Coronel Oviedo, con competencia en todo el departamento de Caaguazú. Conozco el Poder Judicial desde adentro y no temo exponerme. Conozco también desde fuera porque soy docente universitario.

–Usted es el que acumuló el mayor puntaje entre más de 50 postulantes...

–Yo fui designado magistrado y me preparé para servir de la mejor manera. A mis 54 años estoy en el mismo lugar de siempre. La estabilidad genera más posibilidades porque uno entra joven y tiene la oportunidad de continuar su formación. Yo creo que eso nomás refleja el nivel de puntaje.

–¿Por qué se vino abajo el Poder Judicial? De los brillantes juristas de los noventa, por poco queda en manos de seccionaleros obedientes de la voluntad de los políticos...

–Como le dije, coincido con la percepción que tiene la ciudadanía. Se debe reconocer que la primera Corte de la era democrática fue la mejor, la más respetable. Eso confirma también que es posible conformar de nuevo una Corte Suprema respetable, de imagen diferente. El hecho de que se hayan hecho públicos los puntajes ya es un adelanto. Y aparte, los postulantes nos exponemos al público porque se transmiten las audiencias...

–Usted fue dirigente liberal. Se puede interpretar que está peleando por un cupo de una repartija...

–Mire. Yo soy un magistrado judicial desde hace más de 22 años y nadie me puede imputar de haber sido dependiente políticamente en mis decisiones. Es más, no tengo ni una sola denuncia. Si soy elegido voy a seguir haciendo lo que hago, tomando decisiones oportunas y con celeridad, sin esquivar jamás, aún en los casos emblemáticos que interesan a la ciudadanía.

–¿Cuál hubiera sido su decisión si le planteaban que el presidente de la República saliente sea senador activo y la Constitución dice: “serán senadores vitalicios”?

–Simplemente aplicar la Constitución y la ley. La Corte es un poder técnico que tiene que aplicar la Constitución, guste o no...

–En este caso, la mayoría de la Corte falló a favor de los presidentes Horacio Cartes y Nicanor Duarte. ¿El Presidente puede ser senador activo?

–Hoy no. Primer elemento. Si un gobernador tiene que renunciar seis meses antes para ser candidato a senador que tiene la misma incompatibilidad que el presidente de la República, cómo es posible que una persona que tiene que renunciar con cierto tiempo de anticipación, al no hacerlo cómo se le puede habilitar. Es el principal problema. Sin entrar a discutir eso, no puede porque no presentó renuncia. Usted sabe bien que cualquier gobernador, cualquier intendente tiene que renunciar seis meses antes...

–Y entonces...

–Acá no hay nada que interpretar. No hay duda para mí...

holazar@abc.com.py

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