¿De dónde sacó la plata?

Ricardo Manuel Lledó Lird es un joven funcionario judicial que emerge como un “mago” de las finanzas de la nueva generación de afortunados. Su éxito comenzó al ser comisionado a Aduanas. Andaba en un autito usado, ahora estrena cotizada residencia y hace gastos de lujo.

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El joven Ricardo Manuel Lledó Lird ganó su pase a la prosperidad al cambiar las oficinas del Poder Judicial por las de Aduanas, institución pública donde se encuentra comisionado desde hace 4 años.

“Vino con un autito ‘chilere’ que se caía a pedazos”, nos comentaron en su entorno laboral, al referirse al precario vehículo de segunda mano en el que se tras- ladaba el joven funcionario en sus inicios en Aduanas. Los compañeros también recordaron que Lledó apenas tenía un sencillo traje cuando se trasladó a la institución, “ahora viste buena colección y son achupinados como los del presidente Cartes”, se burlaron.

Lledó se ubicó como jefe de sumarios en Aduanas en setiembre del 2013 y desde su comisionamiento empezó su meteórico despegue económico, con lujos impensables para un joven trabajador de 32 años.

Desde que migró a Aduanas, el joven ya adquirió 2 vehículos de unos US$ 50.000 cada uno. De vivir en casa de la suegra pasó a estrenar una fastuosa residencia de estilo minimalista, con fina terminación, revestimientos de piedras importadas, cochera, amplio balcón frontal en el segundo piso y todas las aberturas cerradas con vidrios templados.

Los entendidos del rubro inmobiliario estiman que la residencia de Lledó demandó una inversión de unos US$ 300.000.

Una vida de rey traducida en viajes y costosas salidas de dispersión hacen al nuevo andar del joven. El año pasado, Lledó organizó un suntuoso festejo de su boda en el costoso hotel Le Barbaron de Florianópolis, un complejo que es exclusividad de millonarios. Algunos participantes nos comentaron que en la fiesta hubo unos 80 invitados y que el costo por persona para el anfitrión representó unos US$ 400.

Otros asistentes al casamiento, más cercanos a la pareja, nos contaron que no pagaron pasaje ni estadía, ya que la invitación costeaba esos gastos.

Llamamos al joven Lledó y le consultamos ¿de dónde sacó la plata? y primero nos dijo: “No tengo por qué dar testimonio de mi vida privada a la prensa”. Una hora después de nuestra comunicación, nos llamó y dijo: “Me quedé pensando y podés agregar 14 años de función publica, préstamo de cooperativas y ayuda de los padres”. 

Lledó tiene 14 años como funcionario judicial, pero su extraordinario progreso se disparó al ir a Aduanas, y su fórmula de la fortuna sigue siendo un misterio.

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