“Las dificultades son la sal de la vida, ¿quiénes no tienen dificultades?, si no, sería aburrido”, reflexionó la embajadora de Italia en Asunción, Antonella Cavallari, al ser consultada sobre si existieron problemas durante su misión diplomática en Paraguay, tras más de tres años, y que concluirá en agosto próximo.
“Creo que tenemos que enfriar la cabeza y mirar con objetividad; al final no es un problema muy grande”, manifestó la diplomática. Fue al ser requerida sobre la demanda iniciada en agosto del año pasado por la aseguradora italiana Sezione Speciale per L’Assicurazione (Sace) ante un tribunal en Washington DC contra nuestro país, por US$ 95 millones por la deuda ilegítima contraída por el argentino Gustavo Gramont Berres hace 30 años (durante la dictadura de Alfredo Stroessner).
La embajadora recordó que el caso Sace “es un problema comercial que se resolverá de alguna manera”. “Creo que en el panorama de las relaciones bilaterales lo que tenemos que ver son los hechos positivos, tratar de resolver lo que se pueda, pero no darle una importancia exagerada”, remarcó.
Cavallari refirió, además, que el caso Sace debe ser observado “con un poco de objetividad”. “Esto no es importante, es una secuela de un hecho desagradable”, manifestó. Consultada si la demanda puede dañar la relación bilateral, Cavallari dijo que no. Afirmó que “no le gustó mucho la idea” del juicio en EE.UU. “Pero bueno, la sociedad Sace lo quiso, porque tampoco tenía mucha alternativa”, opinó.
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Antecedentes
El lunes 21 de marzo último Sace contestó el escrito paraguayo presentado el 21 de enero de este año. Nuestro país ya solicitó la desestimación de la demanda de US$ 95 millones interpuesta por dicha firma europea, informó el procurador general de la República, Roberto Moreno. Paraguay pidió en su escrito ante el tribunal en Washington DC que disponga o no una audiencia para discutir la solicitud en la cual se dará oportunidad a los abogados de ambas partes de argumentar sus respectivas posiciones. La presentación paraguaya fue elaborada por el estudio jurídico contratado por el Gobierno, Williams & Connolly LLP.
La compañía italiana fue la que aseguró los dos préstamos internacionales gestionados en Ginebra (Suiza) entre 1986 y 1987 por el argentino Gustavo Gramont Berres, cuyo nombre verdadero es Benjamín Levy Avzarradel. Este fue cónsul honorario del Gobierno de Stroessner e invocó falsamente la representación de Paraguay.
La Sace, que emitió la póliza de seguro del préstamo otorgado en 1986 por el banco Overland Trust de Ginebra (Suiza) a Gramont Berres, pide la ejecución de los fallos de la justicia suiza luego de haber negociado y pagado 24.900.000 euros a los 10 bancos suizos (ver infografía) que en principio habían demandado al Paraguay por los créditos. Gramont confesó ante la justicia de Suiza que cobró por la gestión de los préstamos una “coima” de US$ 4 millones y que falsificó burdamente documentos oficiales.
