Dengue se combate con corticoides, revela el Dr. Balansá

El dengue se combate con corticoides. Las plaquetas se reponen en 24 horas, revela el veterano investigador Jacques Balansá, quien dijo haber salvado la vida de varios pacientes con este medicamento, que no figura en el protocolo de la OMS. En esta entrevista, Balansá, el hombre que comenzó la cirugía cardíaca en el Paraguay, pasa breve revista a sus prolíficos 60 años con la medicina que celebra en este 2013.

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-¿Va a cumplir 60 años con la medicina?

-Sí. Me recibí en 1953.

-Medalla de oro...

-Me recibí el 15 de noviembre de 1953 y el 20 ya estaba trabajando en París, haciendo mi especialización. Primero hice cirugía general y después cirugía cardíaca. Allá trabajé con el creador de la cirugía de aorta.

- Con usted comenzó la cirugía cardíaca acá en el Paraguay. ¿Sigue operando?

-Sigo operando pero che kane’oma (ya me canso). El año pasado hice unas 50 cirugías, entre corazón, cáncer, cirugía biliar...

-¿Cuánto dura una cirugía?

-Una cirugía cardíaca dura entre seis y ocho horas...

-¿Cuántos años?

-Agueroguata 84.

-¿Cuántos hijos?

-Tres. Uno de ellos es el director del Hospital (del Corazón). Tengo otro hijo veterinario y una ingeniera agrónoma.

-Y ¿cómo anda de salud?

-Che sanove yryvúgui (se ríe).

-¿Qué significa?

-Y así dice el campesino, porque nadie nunca ve un yryvu (cuervo) muerto.

-Son los únicos que comen comida chatarra y no les hace mal....

-Tienen un ácido, un jugo gástrico que mata todo. Ndaipóri ohasáva...

-Si los paraguayos tuviéramos ese poder, no harían falta los especialistas del corazón. ¿Se come mucha grasa aquí?

-(sonríe) En el mundo, el 50% de las personas se mueren del corazón. Aquí es un poquito más.

-¿Por qué?

-Este es el país de la carne, del shyryry (frito) y de la milanesa, de la tortilla, la empanada, etc., etc.

-Cada ser humano se adapta al ambiente que vive se suele decir. ¿No es así?

-Y sigan nomás comiendo asado kyra. Tenondete rejagarra pe ikostilla kue (la costilla). Péa la ikyra (esa es la grasa). Péa la hevéva (es lo más rico).

-Se nota que no le gusta la carne (no come carne).

-La grasa, la fritura... La arteria se impregna de grasa. El corazón paga las consecuencias. Omyenyhe la nde takara’a (llenás tu molleja) (se ríe). Ahí está la causa que tenemos una mortalidad muy alta por enfermedades cardiovasculares.

-De cuánto....

-Es la primera causa de muerte. Alrededor del 55%. La gente se muere a partir de los 40 años.

-¿Cuánto cuesta una consulta con usted?

-La consulta conmigo es 90 mil. Era 50 mil. No estoy de acuerdo con el aumento. Pero aumentaron porque los gastos del hospital son cada vez mayores. Tenemos 10 millones en teléfono, 12 en luz, de agua otro tanto... Aparte, yo ya no puedo más pagar los gastos de mantenimiento. En mi consultorio particular, frente a la Alianza Francesa, cobro 100 mil...

-¿Su fundación del corazón tiene ayuda del exterior?

-De nadie. Ni del gobierno ni de ninguna fundación del mundo. La fundación France estuvo a punto de ayudar cuando cayó el Muro de Berlín en 1989. Entonces me dijeron: “Nosotros nos debemos más a Europa. Busque ayuda en Estados Unidos” (se ríe). Nunca conseguí nada de Estados Unidos. La única ayuda que estuve a punto de conseguir una vez fue de la Diben, para terminar el hospital.

-¿Qué pasó?

-El Dr. Mersán era el titular. Me dijo: “Venga a buscar su cheque de 5 millones. Pero me llamó unas horas después para decirme que sentía muchísimo pero que la señora Mirtha Rodríguez de Saba rompió el cheque cuando supo que era para mí. Felizmente y, a Dios gracias, nunca recibí un centavo del gobierno, de una ONG o de una fundación, nunca...

-¿Cuál es el estado de la educación para usted?

-Por lo menos, al nivel de la Facultad de Medicina, no hay mucho que comentar. Se alcanza el grado más alto simplemente por antigüedad. Se destruyó la calidad de la enseñanza y se destruyó la calidad de la investigación en el Paraguay. Todo el mundo es profesor sin mover un dedo y sin ningún mérito gracias a una ley que rige por voluntad de Martín Chiola (el político colorado ya fallecido).

-Como todo está conectado a la politiquería, al clientelismo...

-Yo estoy aquí en esta propiedad de tres hectáreas y media (el Hospital del Corazón) donde tenemos todo: tomografía computada, laboratorio..., es el único hospital de alta complejidad, tan completo como un privado. Tal vez más que un privado. Pero nadie valora. En el Paraguay hay que andar kirirîhápe (callado) para avanzar, para servir a la comunidad. La otra alternativa es perder. Muchos aprendimos la lección. Desde la época de Stroessner hay que andar kiriri hape (en silencio).

-A usted lo echaron del Hospital de Clínicas, ¿por qué?

-Sí. Eso fue hace mucho tiempo. Silvio Ferreira, aquel que fue ministro de González Macchi y que fue dirigente de los médicos, me hizo echar en el 93, cuando gobernaba el consejo directivo de la Facultad.

-¿Por qué?

-Porque me rebelaba a hacer su voluntad. El quería que todos nos plegáramos a las huelgas que organizaba con cualquier excusa. Los días de huelga eran los días que más trabajábamos en la Sala Cuarta del Hospital de Clínicas. La campaña fue tan brutal que presenté mi renuncia.

-¿En qué sentido usted lo molestaba?

-Ferreira ordenaba: “Tres días de huelga” y yo le decía: “Yo no hago huelga y menos en la Facultad de Medicina y menos en el Hospital de Clínicas”. Entonces me amenazaba: “Te voy a sacar del hospital”. Me hizo bloquear todas las operaciones y al no poder trabajar más, renuncié. Fui a trabajar en el Hospital San Jorge y vine aquí (al Hospital del Corazón.

-(Ferreira) Fue a parar a la cárcel...

-Y bueno, como ve, pagó caro. Es la ambición y la sed de poder. Recibía apoyo de Cuba. Yo fui desalojado después de 40 años de servicio en Clínicas.

-¿Cuál es su opinión de la educación en general, ahora que estamos a las puertas de un nuevo gobierno?

-Yo admiro el libro “Infortunios del Paraguay” de Teodosio González. ¿Conoce?

- Sí. Es un poco pesimista pero a mucha gente le gusta...

-Porque dice una cosa sencilla: todo depende de dos cosas para la felicidad del hombre: el trabajo y el ahorro. Infortunios del Paraguay busca enseñar a erradicar la miseria, a disminuir la pobreza. Es una obra básica. Es una tarea a la que nos tenemos que dedicar todos, cada uno en su ámbito. ¿Sabe qué yo hago?

-¿Qué?

-Todas las mañanas me tomo 10 minutos antes de comenzar a trabajar. Levanto del suelo las cajas de cigarrillos, papeles, plásticos. Lo que los jardineros no ven. En mi consultorio, al terminar la jornada, tengo que recoger los boletos de ómnibus de mis pacientes. ¡No hay educación familiar! Esta mañana tuve un incidente grave. Viene una señora con una nena de siete años. Le digo: “Mi hija: pesate”. No me hace caso. Entonces, le digo a la madre. “Señora, si su hija no hace lo que le digo, mejor vaya a ver a otro médico”. Entonces me contesta: “¡Por qué usted le va a retar!”. Le dije: “Está bien, pero si su hija sigue con ese tranco va a tener muchos problemas”. No se sabe educar. No hay hogar. El 50% de los niños no tiene padre ni madre. Es educado por la abuela. Moõpio oikuaáta (qué va a saber). Es lo que me entristece. Mi único logro en este hospital fue espantar a los revendedores y no hay un papelito tirado en el piso. Si encuentro uno, hago un escándalo. Este es el único hospital que no tiene revendedores enfrente.

-¿Cómo hizo?

-Pierden su tiempo. La cantina del hospital vende más barato.

-Usted, como médico investigador, ¿qué sugerencias tiene sobre el dengue? Es una epidemia que se quedó y con la que vamos a tener que convivir...

-El dengue trabaja contra la producción de plaquetas. Eso es lo que hay que atacar. Hasta 50 mil todavía mantiene un equilibrio precario de coagulación. Si baja por debajo de 50 mil, le puede sangrar la cabeza y se muere de una hemorragia cerebral. Eso se combate con corticoides...

-¿Cómo?

-Sí, con corticoides, cada seis horas. En 24 horas le suben las plaquetas. Así traté a una niña de 15 años, a una cocinera de mi prima. Salvé la vida a varias personas que de otra manera hubieran muerto...

-¿Con corticoides se puede restablecer?

-Claro. Al reponer las plaquetas no se complica más la hemorragia.

-Y... ¿por qué no se hace eso aquí?

-Dicen que no se puede hacer aquí porque no está en el protocolo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

-¿Por una burocracia internacional se muere la gente?

-Mire. Me van a fusilar por lo que estoy diciendo, pero esa es la realidad.

-¿A quién le dijo de su experiencia?

-Le dije a uno de los directores médicos del IPS. Me dijo que no está en el protocolo, que no se podía hacer. Es como el Mariscal: “Vencer (con el protocolo) o Morir”. Hace falta que se investigue en serio en este país.

-Y la verdad es que es una contradicción esperar que vengan recetas de Nueva York o Ginebra mientras la gente muere como ratas. Aquí debería establecerse un equipo de investigación...

-Claro que sí. Este año hubo cerca de 80 muertos. El dengue se convirtió en un mosquito de la ciudad. Cuando me inicié en la medicina vivían en el monte. Le voy a contar una anécdota.

-¿Qué es?

-Cuando fui estudiante de último año, mi profesor, Carlos Ramírez Boettner, se interesó en una noticia bomba que se publicó en el diario La Tribuna, creo que fue en el año 59: “Se encontró un Aedes aegypti en Paraguay”. Ramírez Boettner, que era muy meticuloso y muy exigente, fue a examinar el mosquito que se encontró. Le llamó la atención que el mosquito tuviera una marca, un agujerito en el dorso. Sospechó que había algo raro allí. Se fue a revisar la colección de mosquitos que tenía la Facultad de Medicina. El único ejemplar de Aedes aegypti que había no estaba. Se robó. El tipo que anunció la aparición del Aedes robó para salir en el diario.
(continuará...)

Entrevista de holazar@abc.com.py

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