En un acto realizado ayer al costado del Panteón de los Héroes, Amnistía Internacional-Paraguay presentó su informe que ubica al Estado como “aparato reproductor” de violencia contra las mujeres, tortura y otros malos tratos en ámbitos de salud sexual y reproductiva en América Latina y el Caribe.
Rosalía Vega, ejecutiva de AI-Paraguay, explicó que se busca erradicar esa violencia y se pide a los Estados modificar sus legislaciones, sus políticas públicas y las prácticas discriminatorias.
De los casos de siete países que refiere el informe, en Paraguay se menciona el caso de la niña-madre Mainumby, como la “violencia institucional más extrema”.
El informe relata que la niña junto a su madre denunciaron el abuso sexual ante la justicia pero fue desestimada; fueron a dos hospitales públicos y les dijeron que la niña tenía parasitosis; en un tercer hospital privado le realizaron ecografía y en el cuarto hospital (público) recién se le detecta un embarazo de 20 y 21 semanas. “El Estado paraguayo debe abordar más responsablemente estos casos realizando un protocolo de investigación único en casos de violencia sexual hacia menores”, apuntó Rosalía.
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Requerida sobre si existen otros casos en Paraguay, recordó que en el 2014, según cifras oficiales, hubo 684 casos de niñas que dieron a luz. “Eso quiere decir de que dos niñas por día están siendo abusadas sexualmente. Es fundamental que el Estado ponga su mirada en la problemática del abuso sexual”.