Deuda con PDVSA se disparó 73% durante gobiernos de Lugo y Franco

El pasivo de Petropar con PDVSA trepó 73% en el último quinquenio, de los US$ 156.300.840 que dejó Nicanor Duarte Frutos en agosto de 2008 a los US$ 271.000.000 que hereda Cartes de los gobiernos de Fernando Lugo y Federico Franco. Además del subsidio, el factor corrupción fue determinante para que se produjera el abismal abultamiento, que actualmente no puede honrarse.

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Como una “soga al cuello”, el nuevo gobierno recibirá esta semana la sideral deuda de la petrolera estatal Petropar, de las administraciones de Fernando Lugo y Federico Franco.

El pasivo total de la petrolera estatal trepó en el último quinquenio a
US$ 392.600.000, imposible de saldar debido al estado de quiebra en que se encuentra la empresa estatal, de los cuales casi US$ 100.000.000 ya vencieron; mientras que el 10 de noviembre próximo deberá pagarse –de una vez– la deuda con Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), de US$ 271.000.000.

Este último pasivo se trata de un compromiso muy sensible para nuestro país, más aún en este momento ante la interrupción de las relaciones diplomáticas entre ambos países, y porque también podría prestarse al chantaje político del gobierno liderado por Nicolás Maduro, quien hasta ahora dio pocas muestras de cordura.

Pacto condenatorio

El acuerdo confidencial firmado por el propio titular de Petropar, Sergio Escobar, y que deja a Cartes con la “soga al cuello”, fue el rubricado el 10 de noviembre de 2011, en la era de Fernando Lugo. En esa ocasión, Escobar ya condenaba al gobierno que asumiría funciones el 15 de agosto.

El documento, que hasta podría calificarse de “traición a la patria”, Escobar suscribe con Asdrúbal Chávez, entonces director de PDVSA (hoy vicepresidente de refinación, comercio y suministro) en el que acepta cancelar la deuda total con PDVSA en noviembre de 2013, aún sabiendo que jamás podría cubrir este monumental pasivo.

Textualmente, en la adenda rubricada en noviembre de 2011 al contrato de refinanciamiento firmado siete meses antes entre PDVSA y Petropar, refiere en la cláusula tercera, punto 3, que “si la constitución del fideicomiso específico no se hubiera efectuado en el tiempo destinado para ello, Petropar deberá cancelar el saldo del capital adeudado con sus intereses, mediante transferencia de dinero, en dólares, a la cuenta indicada por PDVSA para tal fin al diez (10) de noviembre de 2013, como plazo máximo acordado entre las partes”.

A esto se agrega que Escobar abortó, a pesar de que estaba obligado por el documento de referencia, encaminar las acciones para una operación fiduciaria y la compra de los bonos de PDVSA, que le permitirían empezar a honrar el pasivo con Venezuela.

Sin embargo, y cuando todo estaba listo para el efecto, y luego de la comunicación del banco interviniente, el francés “Societé Generale”, según nota remitida el 12 de agosto de 2011, Escobar definitivamente termina descartando la operación.

En esa misiva, la entidad bancaria le informaba que la operación le permitiría a la estatal ahorrar hasta US$ 135 millones, pero Escobar lo abortó.

Solo para negociados

Con total irresponsabilidad, Escobar traslada ahora sobre la ciudadanía esta monumental deuda de cortísimo plazo, en un momento en que faltan insumos en los hospitales, hay que pagar a proveedores y existen innumerables necesidades urgentes y prioritarias.

El actual presidente de Petropar se mantuvo al frente del ente por más de dos años, y tampoco podrá esgrimir que PDVSA se cerró a cualquier negociación sobre la deuda tras los sucesos de junio de 2012, tras el juicio político a Lugo, como está diciendo ahora, ya que mucho tiempo estuvo en el ente, y fracasó por inoperante.

Escobar y su equipo estuvieron más bien “concentrados” en buscar las “mejores tajadas” en los millonarios procesos licitatorios convocados por la petrolera estatal, que son muchos.

Prácticamente no existe una sola convocatoria de la estatal en que no despida un fuerte tufo a corrupción o a coimas a cambio de concesiones groseras, tanto en las oficinas centrales, en la exrefinería y ni hablar de la planta de Troche.

En la alcoholera, los negocios sucios de Escobar sobrepasaron todos los límites, que ya alcanzaron US$ 25 millones de despilfarros, según documentos a los que accedió el equipo de transición del nuevo gobierno.

US$ 156 millones       En 2008

US$ 271 millones       En 2013

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