Indicó que el laico Javier Miranda, principal promotor de las denuncias contra la administración de Mons. Livieres Plano, también pertenece a esa corriente. Aseguró que hace cinco años la propia Santa Sede le pidió a Mons. Livieres Plano que acogiera al sacerdote Carlos Urrutigoity y sostuvo que las denuncias de pederastia en su contra ya fueron cerradas y que Javier Miranda las revivió. Fue comprobado que fue víctima de persecución, añadió.
Se le indicó que la denuncia es internacional, con advertencia pública a Mons. Livieres Plano de que Urrutigoity representa “una seria amenaza para los jóvenes”, según el obispado de Scranton del Estado de Pennsylvania (EE.UU.). Según Ortigoza, todo esto podría responder, en todo caso, a que habría cierto temor por las mejoras que realizan en cuanto a liturgia en la diócesis, ya que se introdujeron elementos tradicionales que muchas iglesias en el mundo ya no aplican.
Acotó que hay una propaganda exagerada de lo que se hace en la diócesis y que los religiosos se enteran a través de internet y eso genera cierto temor. También habló de los sacerdotes Gerardo Mereles y Fulgencio Ferreira, expulsados por Livieres Plano de las parroquias Espíritu Santo y Sagrado Corazón de Jesús, respectivamente. Justificó tales medidas.
