Valenzuela volvió a referirse ayer sobre la crisis política causada por el proyecto de enmienda y que esta semana se trata en Diputados, pese a su origen ilegal en Cámara Alta. “Existe una necesidad del diálogo para evitar la violencia, evitar todos los gestos que nos impresionan y corrompen nuestra cultura. Piensen lo que pasó el día 31 (de marzo), ahí adelante, la quema del Parlamento. Que brutalidad. Que violencia. No hay ninguna nación democrática que haya quemado su Parlamento. Pasamos lamentablemente a la historia como un país brutal, un país de bárbaros. Entonces, la paz es tan importante y tan actual. Debemos rechazar en nuestro corazón todo eso que lleve a la violencia. Igualmente rechazamos la muerte de este joven en la sede de un partido político”, señaló el arzobispo de Asunción en una misa en la parroquia de la Encarnación.
Agregó que la guerra que desataron los jóvenes ese último día de marzo con piedras y ofensas no es de nuestra tradición cristiana. “Si tenemos que hacer manifestaciones, que se hagan sin violencia. La no violencia ha caracterizado a Jesucristo y a la Iglesia. Los apóstoles, todos dieron su vida por la fe, sin devolver el mal por el mal, sino con la convicción de la fe”, manifestó Valenzuela en su homilía.
Insistió en que hay que resistir al mal, pero sin violencia. “Por eso Jesús decía ‘la paz esté con ustedes’. Esto resuene en toda vuestras familias, en nuestros corazones Dichosos los que trabajan por la paz porque serán hijos de Dios”, dijo.
La línea del Vaticano
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El pedido de dialogar que hace la Iglesia paraguaya para zanjar los conflictos políticos es la línea que viene desde el Vaticano. El papa Francisco viene recomendando desde hace varios días el diálogo en América Latina. “Que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del Estado de Derecho”, indicó la semana pasada. Además de Paraguay, el pontífice está preocupado por la crisis que se desarrolla en Venezuela, donde ya se registraron varios muertos durante las protestas callejeras.
