Diputado herido aboga por alentar manifestaciones y no criminalizarlas

La Policía le destrozó la boca hace un mes, durante la manifestación contra la enmienda. Ya pasó por cuatro cirugías y le esperan al menos dos más. “Creí que iba a morir”, recuerda. Es el diputado liberal Édgar Acosta (44), quien por primera vez accedió a una entrevista escrita y habla de lo ocurrido. “Las manifestaciones hay que fomentarlas, no criminalizarlas”, defiende.

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–Sus colegas pusieron punto final a la enmienda el pasado miércoles. ¿Pudo seguir la sesión? 

–Lo estuve siguiendo por internet, me puso muy contento que se haya dado por terminado un proyecto que ha creado tanta crispación entre compatriotas en los últimos meses, inclusive manchando de sangre nuestra República.

–¿Se puede hablar de derrota para un sector político y una victoria de la ciudadanía? 

–Es una señal clara para la clase política, no solo de este gobierno, sino a todos los que quieran salir del marco constitucional. Los ciudadanos ya no permitirán más atropellos y abusos de nadie, definitivamente es un reaseguro para la democracia que el pueblo esté informado y vigilante. Esta ciudadanía exigente nos pide hace años, y con justa razón, la aplicación del desbloqueo de listas, terminar con las listas sábana. Es hora de que los partidos políticos asuman un compromiso público y acompañen el clamor ciudadano.

–¿Qué le hizo salir aquel 31 de marzo a la calle?

–Al enterarme de lo sucedido en el Senado donde legisladores aprobaron la enmienda de una forma totalmente irregular, salí de mi domicilio y me dirigí a la Cámara de Diputados. Estaba convencido de que como representante del pueblo, que juró respetar la Constitución, debía acudir a la sede del Congreso a demostrar mi indignación y a estar al lado de otros ciudadanos que estaban sintiendo lo mismo.

–El Gobierno asegura que ustedes incitaron la violencia.

–La violencia nunca es buena, nosotros no la iniciamos. Eso vino de parte de senadores que violentaron todo, aprobando un proyecto en forma irregular. Que la Fiscalía investigue quiénes son los responsables de todos los hechos acaecidos ese día. Lastimosamente la Fiscalía ha perdido credibilidad al demostrar sometimiento a la clase política. Sin embargo, es la institución que debe encargarse de la investigación.

–¿Cómo se dieron los hechos, qué recuerda de aquel día? 

–Cuando llegué a la esquina del Congreso, sobre 14 de Mayo, ya no pude avanzar debido a la aglomeración de personas en la calle. Al bajar de la camioneta se acercó un joven pidiendo ayuda. “Diputado, los policías nos están disparando directo al cuerpo”, me decía; entonces me dirigí hacia los policías que tenían escopetas y, pensando que me reconocerían como diputado, con las manos en alto les pedí que no disparen más, que no había necesidad ya que eran pocos los manifestantes. En ese momento ya recibí el impacto. Fue muy difícil, no podía creer lo que me hicieron. Vi que estaba perdiendo mucha sangre, que se caían mis dientes y parte de mi rostro. Perdí el conocimiento. Sinceramente creí que iba a morir.

–Se llevó la peor parte. Sin olvidar al dirigente que resultó muerto. Hace casi un mes que está postrado en una cama.

–El daño que sufrí es grave, pero nada se compara con la pérdida de una vida. El asesinato de Rodrigo (Quintana) en manos de policías que irrumpieron ilegalmente en la sede del PLRA. Sentí mucho su muerte, un joven dirigente que llegó a la capital para defender la Constitución.

–¿La oposición a la enmienda es porque cree que no es la vía para la reelección o es contra Cartes?

–No se trata de oposición a ninguna persona en particular. La oposición a la enmienda es por estar convencido de que no es la vía constitucional para incorporar la figura de la reelección y porque no podía volver a tratar antes del 25 de agosto del 2017.

–No todos los constitucionalistas coinciden en que la enmienda no es la vía...

–Para mí la vía es la reforma. Como hay opiniones diferentes, es discutible, pero lo que hacía inviable sin ninguna duda y que provocó la reacción ciudadana es que no podía ser tratado antes del 25 de agosto.

–¿Cómo va su recuperación, por cuántas cirugías ya pasó?

–El 8 de mayo está fijada la siguiente cirugía, una de las más importantes, es la cuarta, la primera fue en el Hospital Militar (Asunción). Me van a sacar los tres balines que siguen alojados en mi boca, así como otras reconstrucciones necesarias en los labios y la nariz. Después faltaría una o dos más aquí en Brasil. La fecha de las mismas dependerá de la evolución seguramente, esa decisión ya está en manos de los médicos que me están haciendo el tratamiento.

– ¿Por qué lo llevaron al Brasil?

–Unos amigos me dijeron que los médicos recomendaron mi traslado, para un tratamiento más integral en un solo lugar que incluya lo funcional y lo estético. La próxima semana empezarán a ver el tema de reponer en forma provisoria los 5 dientes que perdí, de los cuales dos inclusive perdí hueso.

–¿Quedarán secuelas?

–Los médicos habían dicho que sí quedarían, pero que se haría todo lo necesario para que sea lo menos posible. Lo que preocupó desde el comienzo, tanto a los doctores como a mis familiares, es la parte funcional, una de las razones fundamentales por las cuales me trajeron al Brasil, y esa parte ya se ha ido superando. Ya estoy hablando de a poco, no como me gustaría, y los músculos reconstruidos –no sé si es el término médico correcto– de la boca están reaccionado bien. Ya puedo comer con más normalidad. Ya quedaron de lado las jeringas y las pajitas.

–¿Quién corre con sus gastos de recuperación?

–Varios conocidos, entre ellos colegas de diferentes nucleaciones políticas, me están ayudando a cubrir los gastos. Los colegas que se acercaron para tranquilizarme sobre este tema, antes del traslado a Brasil, sabiendo mis limitaciones financieras, son los diputados Hugo Velázquez, Dionisio Amarilla y Ramón Romero Roa, a quienes agradezco infinitamente. Asimismo, otros colegas con quienes me comunico por mensaje, se ofrecen para ayudarme ya que el tratamiento va a ser largo todavía.

–¿Analiza recurrir a la justicia, presentar querella, reclamar indemnización? –Hoy toda mi energía, por prescripción médica, está orientada a mi recuperación.

–Usted tiene un corto camino político andado. ¿Cómo llegó a diputado?

–Corto no. Fui presidente de comité liberal en mi ciudad (Itauguá), candidato a intendente y miembro de directorio. En el 2012 con el colega Dionisio Amarilla y otros correligionarios formamos el movimiento Auténtica Fuerza Liberal para enfrentar a los movimientos más grandes de esa época dentro de mi partido. Según analistas, no teníamos chance de lograr ninguna banca contra esos movimientos, considerando que todas las intendencias liberales y la gobernación estaban en manos de ellos. Sin embargo, obtuvimos un resultado sorprendente para muchos.

–¿Su militancia cómo surge?

–La política llevo en la sangre. En mi familia tanto mi padre como mis tíos estuvieron presos injustamente en la época de la dictadura. Lo de mi padre recuerdo que fue por el solo hecho de haber reunido a no más de 20 liberales en casa. Recuerdo también que mi hermano por ser liberal tuvo que ir a Puerto Fonciere, departamento de Concepción, a enseñar, porque si quería hacerlo en lugares más cercanos de donde vivíamos debía afiliarse al Partido Colorado. La dictadura es lo peor que le puede pasar a un país.

–Recaló en una de las instituciones más cuestionadas...

–Desde que llegué a Diputados mi bandera ha sido la transparencia y el respeto a los recursos del Estado, entendiendo que la clase política ha abusado del poder en los últimos años. He trabajado denodadamente como parlamentario en la presentación de proyectos que beneficien a la ciudadanía. En cuatro años no metí un solo familiar a la función pública, tampoco hice viaje al exterior con recursos de la cámara. Aclaro que no estoy en contra de que los colegas lo hagan cuando efectivamente son provechosos para la formación y aplicación de los conocimientos en nuestro país, y a mí me consta que en esta legislatura se han traído experiencias muy útiles, por lo tanto no es bueno generalizar.

–¿Volvería a hacer lo que hizo, salir a la calle, encarar a la Policía?

–Volvería a hacerlo. Me manifestaría las veces que sea necesario, como ya he hecho en otras ocasiones, para defender la vigencia del Estado de derecho. Claro está, esperando no recibir ningún rasguño esta vez, y que ningún manifestante tampoco lo reciba. Es un derecho constitucional, debe ser fomentado y no criminalizado.

nespinola@abc.com.py

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