Efraín paraliza demanda con recusación contra camaristas

Alegre soporta una demanda planteada en su contra por José Ortiz, por haber dicho que este ordenó a la policía el violento ingreso a la sede del PLRA en la madrugada del 1 de abril de este año, con la intención de asesinarlo. Ortiz es mano derecha de Cartes.

Ahora, por derecho propio planteó la recusación contra los tres integrantes de la Tercera Sala de la Cámara de Apelaciones, Lovera Cañete, Servín y Sánchez, por ser “colorados”.

El Tribunal de Alzada debía resolver el pedido que planteó el abogado defensor Guillermo Duarte Cacavelos con relación a la convocatoria a las partes a la audiencia de conciliación que hizo el juez inferior, Arnaldo Fleitas.

Con esta recusación a los tres camaristas, el expediente deberá ser enviado a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.

Según Duarte Cacavelos, de forma llamativa el juez Fleitas “obvió” enviar el expediente a la Oficina de Mediación del Poder Judicial, y convocó a Alegre y su querellante José Ortiz para la audiencia de conciliación.

Esta disposición fue confirmada por Fleitas tras el reclamo de la defensa , por lo que el expediente fue elevado a la Cámara por su apelación en subsidio.

De acuerdo a los antecedentes, el empresario tabacalero querelló a Efraín Alegre por difamación, calumnia e injuria, por haber afirmado que el mismo comandó el ataque al PLRA, ocurrido en la madrugada del 1 de abril.

El titular del PLRA acusó directamente a Ortiz, gerente de la Tabacalera del Este SA, de ser quien dio la orden a la Policía para que ingrese a la sede liberal con disparos, uno de los cuales resultó mortal para el joven dirigente Rodrigo Quintana. Por este hecho no se imputó a ningún jefe policial, solamente al suboficial Gustavo Florentín.

Alegre denunció incluso que los policías le querían matar y solicitó una investigación exhaustiva al Ministerio Público, pero esta pesquisa nunca avanzó.

Con respecto a la admisión de la demanda, el abogado Duarte Cacavelos indicó que el juez aceptó la acción por tres delitos (difamación, calumnia e injuria), que no pueden existir en forma paralela porque se trata de un solo hecho.