El avión presidencial vació las arcas de Fuerza Aérea

Durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy una parte importante del presupuesto para la Fuerza Aérea Paraguaya fue destinada exclusivamente al Boeing 707 adquirido para ser usado como avión presidencial. Los informes de Contraloría señalan además que se pagaron casi 900 mil dólares a una empresa brasileña por materiales para el equipamiento interior, y sin embargo los mismos fueron enviados desde Ñu Guazú.

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La situación financiera de la Fuerza Aérea Paraguaya se tornó caótica durante el gobierno de Juan Carlos Wasmosy. Según se desprende de un informe de agosto de 1998, el avión presidencial demandó una erogación de más cinco mil trescientos millones de guaraníes, que no estaban presupuestados para ese periodo.

El capricho del entonces presidente de la República, avalado por el comandante de la Fuerza Aérea, general César Crámer, hizo que se utilizaran recursos que debían ser destinados a otros rubros para equipar el avión presidencial.

Este hecho generó la progresiva insuficiencia de apoyo logístico para las unidades operacionales, grupo aerotáctico, transportes y helicópteros.

La Contraloría recomendó en ese entonces cancelar en forma inmediata los contratos con el personal asignado al mantenimiento del avión presidencial, así como aquellos servicios que no sean absolutamente indispensables para la Fuerza Aérea. Dicha recomendación no fue tenida en cuenta y durante largos meses todo el combustible, equipamientos y personal de la Aviación estuvieron al servicio exclusivo del avión que Wasmosy reacondicionó a un costo superior a los cinco millones de dólares.


MATERIALES FUERON ENVIADOS DESDE ÑU GUAZU

Aún cuando la compañía brasileña Gespi Industria e Comercio de Equipamientos Aeronáuticos Ltda. cobró la suma de 890.747 dólares americanos para proveer materiales y mano de obra para el equipamiento interior del avión presidencial, el Gral. (SR) César Crámer envió desde el parque aeronáutico central de la Fuerza Aérea Paraguaya, en Ñu Guazú, la gran mayoría de los materiales requeridos para la realización de los trabajos en el vecino país, conforme se observan en los manifiestos de carga del 15 de febrero de 1996 y 28 de marzo del mismo año.

En esta documentación se consigna el envío de asientos dobles, asientos triples, conjuntos sanitarios completos, cañerías para agua, temporizadores, cocinas, cafeteras, hasta papeleras de baño, mientras en el contrato del 18 de enero del 95, la Gespi se comprometía a proveer materiales y mano de obra, según especifica la cláusula sexta.

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