La fiscala de Delitos Económicos Claudia Morys solicitó la desestimación de una denuncia por cobro indebido de honorarios que hizo la Coordinadora de Abogados del Paraguay con base a una investigación periodística de ABC Color, que expuso que Víctor Bogado tenía otra doméstica asalariada del Estado.
Se trata de Cynthia Centurión Amarilla, que posee un cupo partidario en la Justicia Electoral desde el 2010 y a partir de 2016 debía cumplir labores de “inscriptora” en el Registro Electoral de la ciudad de Lambaré, con un salario en ese entonces de G. 2.300.000 que ahora trepó a G. 4.000.000.
La mujer fue beneficiada con una dudosa pericia del Laboratorio Forense del Ministerio Público, que supuestamente no pudo determinar con base en un trabajo técnico de ubicación de su teléfono celular a través de celdas, si cumplía labores en la casa de Guadalupe Aveiro, ubicada sobre la Avda. Bruno Guggiari o en el Registro Electoral de Lambaré, ubicado en la calle Río Tebicuary N° 3345 casi Pedro Juan Caballero de Lambaré.
Además de ese informe, dos encargadas del Registro Electoral de Lambaré, Dominga Amarilla Duarte y Martha Beatriz Barrios de Ocampos se prestaron para el blanqueo.
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Las mismas declararon en carácter de testigos y, entre otras cosas, dijeron que Cynthia Centurión cumplía un horario “flexible”, debido a que supuestamente salía a realizar charlas y procedía a inscripción de electores, que apenas sumaban dos en varios meses. Asimismo, reconocieron que no controlaban sus llegadas tardías porque trabajaba fines de semana y feriados.
Trámite de oposición
La jueza Alicia Pedrozo puede darle el trámite de oposición al pedido de desestimación de la fiscala Claudia Morys a favor de Cynthia Centurión Amarilla, doméstica de la exesposa e hijas del senador colorado Víctor Bogado.
La magistrada tiene el artículo 314 del Código Procesal Penal para enviar de nuevo a Morys la causa, y si esta persiste y no le convence, puede remitir por último a la Fiscalía General del Estado.
Bogado está acusado de estafa y cobro indebido de honorarios de otra empleada, la “niñera de oro” Gabriela Quintana, y hasta puso de planillero a su “mecánico de oro” y presunto testaferro Miguel Ángel Carballo, preso por enriquecimiento ilícito.