–Formó nuevo partido. ¿Se postula de nuevo a senador?
–Sí. Se llama “Somos Paraguay”, nombre que creemos que es incluyente y con mucha perspectiva de que se incorporen nuevos valores o virtudes. Somos trabajo, honestidad, transparencia. Somos país. Apuntamos al Congreso pero con la expectativa de proyectarnos hacia un partido de formación política, de nuevos líderes para el Congreso. Yo quiero estar por un período más. Después voy a ver si me retiro o apuntamos un poco más alto...
–¿Cuál es su objetivo en la política?
–Mientras no mejoremos la calidad de la representación política se van a seguir nombrando a fiscales y jueces que, con la mejor de todas las herramientas, igual van a seguir juzgando mal. Tiene que haber necesariamente mejores diputados y mejores senadores. Son ellos quienes eligen a los futuros fiscales y jueces. Mejores congresistas van a elegir mejores fiscales y jueces.
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–¿El desbloqueo de listas es una quimera? Hace como 15 años que está ese proyecto.
–Es un proyecto que no conviene a los partidos tradicionales. Ellos tienen hoy la posibilidad de decir: “estos son los candidatos propuestos por el partido para senadores y diputados”. Ponen arriba a alguien más o menos decente y después ya viene la lista...
–De indeseables... En una de las listas ya aparece de nuevo casi en primer lugar Galaverna y los dinosaurios de siempre...
–Nos muestran el tomate bueno de arriba y los electores no podemos revisar los tomates de abajo, los que están podridos. Exactamente lo mismo se da en las listas sábana. Ni siquiera es la gran solución del problema.
–¿Cuál es la otra parte?
–Esto debe estar acompañado por un correcto control del financiamiento político...
–¿Hay forma de demostrar que parlamentarios fueron financiados por el narcotráfico?
–En el 2014 o 2015, nosotros presentamos en el Senado el vínculo entre narcotraficantes y parlamentarios. El que aparecía como aparente financista de ese sistema es Carlos Sánchez, alias Chicharõ. Se presentaba como el gran financista. Es cuestión de googlear “Presentación narcopolítica en el Senado”. Allí aparecen. Nosotros citamos en aquella oportunidad a ese diputado por Amambay, Lezcano. Su suplente es “Chicharõ”. Otro es Bernardo Villalba, diputado por Concepción. Había otros políticos, uno de San Pedro: D’Ecclessiis... Demostramos públicamente el vínculo. Había conversaciones entre estas personas. Pasamos la información al Ministerio Público para que investigue. No es que se les grabó a los diputados. Se grabó el teléfono de Carlos Sánchez, “Chicharõ”. Después hay intendentes... Es muy grave. Antes, el corrupto y el narcotraficante financiaban campañas. Hoy el narco ya se quiere hacer político.
–Como Pablo Escobar, que quería ser Presidente...
–Claro. Tienen dinero y el siguiente paso es el poder. Ahí es donde se destruyen las instituciones. Pasa lo mismo con los grandes empresarios. Ponen sus huevos en diferentes canastas. Si alguno llega al poder le va a tener que rendir pleitesía. Por eso el desbloqueo es importante, pero tiene que estar acompañado de la ley de financiamiento político, que existe pero hay que ajustar.
–¿No funciona?
–Tiene graves falencias. No se controla el dinero en las internas partidarias. En las internas es donde se da la gran batalla. En las generales ya se puede financiar con el dinero que se recibe del Estado. Acá tenemos que controlar las internas, el dinero en negro, el que no tiene respaldo. Se tiene que saber quiénes están financiando la campaña. Pero también tiene que establecerse que el financista financie a un candidato y no permitirle que juegue a la timba, a la ruleta apostando a varias candidaturas. En eso estamos trabajando para modificar la ley vigente. También se tiene que regular la propaganda... –¿Y las urnas digitales?
–Las digitales tienen varios filtros que permiten el control cruzado de la elección. Toda la información se transmite online a un servidor que está instalado en cada escuela conectado a la Justicia Electoral. Se pueden tener resultados parciales a cinco minutos de haber terminado.
–¿Es posible hacer todo eso ahora?
–Es posible. Si hay voluntad política es posible todo. El año pasado nosotros firmamos un convenio marco con la Universidad Nacional, con la Politécnica. En las cúpulas nadie quiere ceder espacio. Necesitamos una ley que limite la permanencia de los políticos en el Parlamento.
–Si en Brasil están procesados con evidencias de corrupción los expresidentes Lula y Dilma, en Argentina Cristina Kirchner, funcionarios, empresarios, ¿tenemos que esperar algo parecido en Paraguay?
–Si conseguimos algo acá va a ser por accidente. En mis tiempos de fiscal, nos interesábamos muchísimo en los tiempos de campaña electoral. Es el espacio de tiempo donde sacan los políticos sus trapos sucios al sol. Con esa información inicié varios procesos penales. Después se blindan por el Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Es el tiempo en que la gente se anima a abrir procesos a los poderosos.
–A usted lo acusaban de showman de los medios...
–Es cierto. Me decían “fiscal mediático”, ¡pero era el único respaldo que tenía! Cuando volví a concursar en el 2006 para fiscal, uno de los miembros en el Consejo de la Magistratura me dijo en la entrevista: “Nde piko la fiscal Giuzzio. Hetaitéma ore perjudicá”. En ese momento me figuré fuera de la fiscalía. La Corte tardó una partida de meses, un año creo, para expedirse sobre mi terna. Mediante una fuerte presión mediática la Corte me confirmó.
–¿Cuál fue su caso más álgido, el que lo llevó al punto más alto de adrenalina?
–Fue en el tiempo en que imputamos a Víctor Bogado...
–Un colorado poderoso.
–Sí, nosotros le imputamos siendo presidente de la Cámara de Diputados en el caso Conatel, por el mal uso de los fondos universales...
–¿De cuánto dinero estamos hablando?
–El proceso fue de 12.000 millones de guaraníes, pero el perjuicio que le atribuimos a él y a otros en su momento fue de 6.000 millones de guaraníes. Hace 17 años era una suma exhorbitante. Por el caso, fuimos convocados una vez por el entonces presidente Nicanor Duarte Frutos en Mburuvicha Róga. Reclamó públicamente. Me atribuyó abuso de poder. Yo le expliqué que si yo no le imputaba, el caso iba a prescribir y que si eso ocurría yo iba a ser el responsable y el procesado.
–¿Qué otros casos así duros?
–El intendente Juan Martínez de Lambaré. Le imputamos con evidencias de desvío de dinero –cajas paralelas en la Municipalidad–, pero el caso se extinguió. Murió Juan Martínez, pero la causa estaba a punto de morir por las chicanas. Está el caso del exgobernador Juan Carlos Bottino de Ñeembucú. Le imputamos siendo gobernador y ordenamos su detención por caso de lesión de confianza y enriquecimiento ilícito. Ese caso, como todos, está por extinguirse. Están Claudio Gaona y Melgarejo Lanzoni. Los agarramos con las manos en la masa. Hasta ahora se está chicaneando. El caso Camilo Soares es uno de los más conocidos: le encontramos como 4.000 millones de guaraníes de perjuicio patrimonial. Me llevaron hasta al Jurado de Enjuiciamiento...
–¿Fue en tiempos del gobierno de Fernando Lugo?
–La corrupción no tiene color, ni sexo ni partido. En el tiempo de los colorados fueron los colorados los investigados y los imputados. En el tiempo de los liberales los liberales, en el tiempo de Lugo, los luguistas. Es natural. Es una cuestión de oportunidad. Ocurre lo mismo cuando imputamos a mujeres. No por ser mujer es más honesta. No es cierto. Tuvimos fiscalas, juezas, políticas, intendentas procesadas. Todo es oportunidad. Ven la posibilidad de meter mano en la lata...
–¿Encandila la plata?
–Hay que ser valiente para enfrentar este tipo de cosas.
–El caso Bogado, ¿se extinguió?
–Terminó. El juez de la causa (Sosa Pasmor), la cámara de Apelación y la Corte tuvieron resoluciones favorables a Bogado. Hoy está procesado por otro caso.
(holazar@abc.com.py)
