“Estado ya no puede desconocer a los escribanos sin registro”

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Lorenzo Ramírez, coordinador general de los escribanos sin registro del Paraguay, afirma que el Estado ya no puede desconocer a los miles de escribanos sin registro que trabajan de una u otra forma en la profesión mientras favorece a una “casta de privilegiados” a los que se autoriza a firmar. En la Cámara de Diputados entró en debate un proyecto de ley que los enfrenta con sus colegas “con registro”.

“El 80% de los que trabajan en esta profesión son como gestores VIP. Antes los llamaban escribanos adscriptos. Somos una realidad y el Estado no puede seguir aplicando la política del avestruz”, sostuvo el escribano sin registro Lorenzo Ramírez, uno de los principales promotores de una campaña a favor de la ley que habilita a todos los escribanos recibidos a ejercer libremente la profesión.

Según Ramírez, coordinador general de los Escribanos sin Registro del Paraguay, aún con la aprobación de la ley que propugnan, los escribanos habilitados “seguirán ganando mucho dinero porque tienen una clientela formada y porque cada vez hay más trabajo, especialmente en el ramo inmobiliario y automotor”.

Favorece corruptelas

Ramírez asegura que el actual sistema “favorece las corruptelas”.

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“La profesión de escribano en el Paraguay se reserva a un grupo de profesionales, sus familias y allegados que se transmiten entre ellos este privilegio, de generación en generación sin que importe absolutamente la idoneidad. De esa forma nunca se va a transparentar la gestión”, destacó.

Saltar el examen

Los escribanos con registro sostienen que los promotores de la ley solo buscan saltar el concurso de oposición, examen al que los somete la Corte Suprema de Justicia para ser habilitados.

“Le tienen terror al examen”, dijo la presidenta del Colegio de Escribanos Ana Manuela González Ramos.

Al respecto, Ramírez replicó diciendo que varios de sus colegas han aprobado el examen y que aún así no han podido ejercer.

–¿Usted aprobó?

–Yo no, pero rendí a sabiendas de cómo era el sistema. Tengo colegas que han rendido siete veces. No existe transparencia. Los exámenes están preparados. Se hacen preguntas que no tienen nada que ver con la función notarial, totalmente capciosas. Además, hay privilegiados que han conseguido el registro sin rendir nada. Hemos expuesto nuestras razones en la audiencia pública del 3 de agosto pasado en la Bicameral (del Congreso). Tuvimos un récord de participación de más de 500 escribanos con y sin registro. El sistema es fallido y el Estado está en la obligación de corregir.

País atrasado

Los diputados, que conocen más que nadie la problemática social porque provienen de todos los departamentos del país, son conscientes que en el interior se adolece de escribanías. La mayoría se asienta en la capital. Es una de las razones del atraso de nuestro país. Todo se desenvuelve lento como si a nadie le importara el paso del tiempo.

–¿Es cierto que se presentaron a un examen y no aprobó ninguno?

–Eso fue el lunes 17 de noviembre de 2014. Nos presentamos casi 700 escribanos. El puntaje mínimo era 45 puntos para acceder al usufructo de un registro notarial, cinco pasaron. Acá de antemano nos quieren juzgar como no capaces por un examen. Se le quiere confundir a la ciudadanía, a los legisladores, diciendo que los escribanos con registro son funcionarios públicos. No es así. El escribano es un profesional independiente al igual que cualquiera. La idoneidad se demuestra en la práctica, donde el cliente confía en el profesional que contrata según la oferta y la demanda. Y además es el profesional más controlado, en este caso por el Poder Judicial.

Maltratos intolerables

–¿Quién hará el control si todos los abogados (45.000) son habilitados a ejercer la función notarial?

–No pasa por ahí la discusión. La profesión es más importante que la función. Uno se recibe de profesional en la Universidad, no de funcionario. Tanto se ha desnaturalizado el trabajo de escribano que hoy los escribanos con registro ni se mueven de sus poltronas. Esperan sentados para firmar los trabajos que hacen sus satélites. Otros muchos escribanos colegas están trabajando de manera independiente, pero rogando a los titulares su firma sufriendo maltratos intolerables.