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Exhortó a todos a combatir con la entereza de la fe el ñembotavy con la práctica de la sinceridad, el mbarete instalando la disponibilidad para el servicio de los demás, dejando de avasallar al prójimo con prepotencia.
El obispo de Caacupé fue tajante al afirmar que el pokarê, la deshonestidad, se han convertido en un monstruo terrible en nuestra sociedad. “Cómo se van a instalar la honestidad, la honradez, viviendo vaivai (haciendo mal las cosas), no haciendo un trabajo de calidad ni obrando con rectitud, así no se puede pretender mejorar”, alegó.
Subrayó que es imposible combatir el oparei si el pueblo no exige que la verdad y la justicia triunfen. Lamentó asimismo la falta de confianza.
En ese sentido manifestó que “la virtud de la fe permite juzgar realmente todas las cosas y ayuda a tomar decisiones acertadas, ayuda a encontrar el camino preciso, exacto y la persona justa y adecuada para dirigir”, especificó.