Falleció Ananías Maidana, un gran luchador paraguayo

Luego de la caída de la dictadura en 1989, volvió al país del exilio forzoso tal como había partido, sin un peso partido por la mitad.

Cargando...

Ananías Maidana vino a sumarse a lo que tal vez más añoraba en la vida, sobre todo durante los años y décadas de prisión injusta: la libertad. Este hombre idealista y luchador es uno de los símbolos de la larga y dolorosa lista de víctimas de Alfredo Stroessner y su régimen despótico. Juntamente con Julio Rojas, Antonio Maidana, Alfredo Alcorta, Napoleón Ortigoza y otros encabeza el triste privilegio de haber soportado los más prolongados períodos de prisión por motivos políticos.   

Fue detenido primero en 1947 durante dos años en la comisaría de Encarnación de donde es oriundo y desde donde fue trasladado a Asunción. Aquí se quedó a vivir y a continuar estudiando en la escuela normal N º 2 hasta que en 1950 de nuevo cae detenido y liberado dos años después sin juicio alguno.   

Definitivamente a este ciudadano colorado de origen y luego convertido al comunismo no lo dejarían ejercer la docencia, por lo que Ananías probó suerte en un pequeño negocio de bebidas hasta que el 3 de junio de 1959 lo llevan nuevamente a Investigaciones "para hablar con el jefe", visita que duraría esta vez casi dos décadas de infierno.   

Lo tuvieron entre el calabozo de Investigaciones, la celda de Tacumbú y el "panteón" de la comisaría tercera, así denominado por la insalubridad y el total aislamiento de su lugar de reclusión.

En 1961, él y sus compañeros de prisión recibieron la visita del entonces monseñor Felipe Santiago Benítez, luego en 1963, una delegación de parlamentarios chilenos. Después los visitaron unos médicos uruguayos y delegados de la Cruz Roja. Quienes lograron ingresar al "panteón" no pudieron entender cómo era posible sobrevivir en ese lugar, hasta que en 1976, la presión de James Carter hizo que se mudaran a Emboscada, donde por lo menos podían recibir visitas.   

El 30 de marzo de 1978 recuperó su libertad. Previamente detuvieron en dos oportunidades a la esposa y la deportaron con la hija a la Argentina, sin documentos. Ananías peregrinó durante casi un año ante las autoridades para lograr un documento de identidad hasta que finalmente optó por salir del país solo con la libreta del servicio militar obligatorio.   

Deambuló por el mundo hasta la caída de la dictadura, cuando regresó para reorganizar su partido: el Partido Comunista Paraguayo. La dictadura había logrado su objetivo, desmantelar totalmente su partido, crear una mentalidad de terror hacia todo lo que suena a comunismo y hacer desaparecer prácticamente a sus líderes. Cuando regresó, Ananías era un "ilustre desconocido" que comenzó a militar desde grado A vendiendo el periódico Adelante en medio de unas ganas inmensas de hablar con alguien de su Paraguay querido. Se fue ayer con la frente alta. No sucumbió ante la dictadura ni cayó en las tentaciones de la nueva cleptocracia.

Se mantuvo idealista como un joven y honesto como un monje de antes. Se fue un ejemplo de conducta y nos queda su exuberante testimonio de vida para tratar de reencauzar la displicente conducta de la dirigencia política actual.   

Sepelio de Ananías,  a las 10

Ananías Maidana es velado  en el Centro Cultural el Cabildo. Hoy a las 09:00 partirá el cortejo fúnebre hasta el cementerio de la Recoleta, donde a las 10:00 está previsto su sepelio. El presidente del Partido Comunista Paraguayo (PCP) falleció en la madrugada de ayer en el IPS, donde fue ingresado horas antes por una infección urinaria que lo aquejaba desde hace 10 días.

Maidana padecía además  cáncer de próstata, que  le fue detectado hace  casi un año. "El tratamiento y la enfermedad hicieron que tenga las defensas bajas, lo que facilitó que la infección se complicara", explicó ayer Najeeb Amado, del PCP.

El dirigente Luis Casabianca indicó que "fue muy grande el golpe" para los amigos de Ananías.
Enlance copiado
Content ...
Cargando ...