Además de transgredir la Ley 5282/2014 de Libre Acceso a la Información Pública y de Transparencia, respondiendo un mes después la solicitud de informe de nuestro diario sobre uso de combustible, el jefe de Fuerzas Militares (FF.MM.) se desentendió de proveer datos y alegó que son “de carácter secreto y reservado”.
Le hizo firmar el informe que no dice nada a su subalterno, el coronel Jorge Mieres, director de Comunicaciones, cuando por la Ley 5282 le corresponde a él, según confirmó Ezequiel Santagada, director del Instituto de Derecho y Economía Ambiental (IDEA) y representante del GIAI (Grupo Impulsor del Acceso a la Información Pública).
De los 15 puntos solicitados se limitó a responder tres ítems. Uno que el presupuesto de G. 566 millones “tuvo una modificación presupuestaria para financiar otros rubros por G. 455 millones y que el resto es saldo que no se ejecutó” y remitió la lista de los responsables de pagos de la institución. Sin embargo, las informaciones más importantes solicitadas no fueron respondidas.
El jefe militar, quien se valió de su subalterno para no responder, negó información de las normativas institucionales respecto a la utilización de combustibles. No dio datos solicitados de órdenes de servicios, lista de personales de las FF.MM. que poseen tarjeta de Petropar, porque según el mismo “no fueron contratados ningún tipo de bien”, cuando se utilizó la mencionada tarjeta hasta para eventos de su esposa la “generala”, Lucía Duarte de Garcete.
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A lo mejor la compra de combustibles fue con otros fondos, pero tampoco se ocuparon de aclarar.
Nuestro diario también solicitó la lista de vehículos militares y particulares que son abastecidos con combustibles por parte de FF.MM. Se pidió tickets de Petropar, fichas de mantenimientos de vehículos, peticiones que fueron restringidas por ser “de carácter secreto y reservado”. La inconsistente nota de respuesta firmada por Mieres invocó la Ley 5241/2014 del Sistema Nacional de Inteligencia, una verdadera burla según Santagada, ya que no todas las tareas de las FF.MM. caen dentro del concepto de “inteligencia”, definida en la normativa citada.
“Deberían haber explicado por qué los reglamentos internos de FF.MM. sobre uso de combustible se aplican exclusivamente a tareas de inteligencia”, sentenció Santagada.
