Reposos, recargo de trabajo de los abogados defensores y otras chicanas son las que por más de dos años fueron trabando el proceso y evitando que los afectados sean sometidos a la audiencia preliminar.
El 20 de febrero de 2015, el diputado Ibáñez también presentó ante la Corte Suprema de Justicia un recurso de casación contra la resolución de la Cámara de Apelaciones que había rechazado la recusación que promovió contra el juez penal de garantías Miguel Tadeo Fernández. Pasaron casi dos años, pero la máxima instancia judicial hasta ahora no se pronunció.
En el caso están imputados José María Ibáñez, su esposa Lorena Plabst, la exjefa de Gabinete de la Cámara de Diputados María Liz Gutiérrez y los caseros Favio Ernán Gómez Chamorro, Éver Isaac y Viviana Patricia Falcón Valenzuela.
Ibáñez, quien está acusado por la supuesta comisión de los hechos punibles de estafa, expedición de certificados sobre méritos y servicios de contenido falso y cobro indebido de honorarios, es uno de los más comprometidos en la causa.
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En esta historia, los más vulnerables son los tres caseros, quienes sin saberlo formaban parte de la nómina de funcionarios de la Cámara de Diputados.
En su acusación, los fiscales demostraron que el diputado Ibáñez pidió la contratación de Favio Ernán Gómez Chamorro, Viviana Patricia Falcón Valenzuela y Éver Isaac Falcón Valenzuela para prestar servicios en la Cámara de Diputados. Conforme a ello fueron contratados desde el 1 de agosto de 2013 hasta el 28 de noviembre de 2013 para prestar servicios en carácter de auxiliar administrativo. En la práctica nunca fueron a la cámara.
Es más, no cobraban los G. 2.500.000 que figuraban en sus contratos como sueldo de cada uno. En su declaración, Favio Gómez dijo que él y su esposa Viviana Falcón solo cobraban G. 1.200.000 y G. 500.000, respectivamente. El tercer empleado, Éver Falcón, recibía solo G. 800.000, juntos, los tres, recibían G. 2.500.000. Los otros G. 5.000.000 iban a parar a los bolsillos de Ibáñez y su esposa, quien era la que iba a cobrar el dinero.
A pesar de que nunca concurrieron a la Cámara de Diputados aparecieron planillas de entrada y salida de la Cámara de Diputados firmadas por los tres entre los meses de setiembre a noviembre de 2013. Las mismas estaban certificadas por el diputado Ibáñez y la jefa de Gabinete, María Liz Gutiérrez. Lo que se comprobó fue que las tres personas cumplían el rol de caseros en la quinta que el diputado Ibáñez tiene en Areguá.
