El fiscal Eugenio Ocampos presentó la acusación ayer y pidió que la causa sea elevada a juicio oral y público con relación a Patrón y el menor de edad por hecho punible de fabricación ilícita y hechos punibles conexos, establecidos en la Ley 4036/10 de “Armas de fuego, sus piezas y componentes, municiones, explosivos, accesorios y afines”.
Este proceso está suspendido con relación a Brian Esteban Martínez Jara, Luis Osvaldo Sánchez González, Osvaldo Daniel Aquino Notario y Rubén Moisés Galeano, quienes se encuentran prófugos de la justicia paraguaya, que declaró su rebeldía y emitió un pedido de captura internacional.
Los cuatro implicados obtuvieron el carácter de refugiados políticos en Uruguay y la justicia de ese país rechazó sus extradiciones a Paraguay.
Según la acusación fiscal, imágenes del circuito cerrado del propio local partidario del PLRA revelaron que los hoy acusados habrían fabricado bombas caseras. Se trató de botellitas con querosén a las que les incorporaron mechas improvisadas, que fueron cortadas de una tela blanca.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
De acuerdo al Ministerio Público, el 31 de marzo de 2017, a las 23:30 aproximadamente el prófugo Brian Martínez habría ingresado a PLRA con varias botellas que contenían, cada una en su interior, líquidos presumiblemente inflamables de color rosado.
En dicho lugar y junto al adolescente de 17 años acusado, habría cortado varios pedazos una tela de color blanco, para luego introducir en cada una de las botellas, dejando parte de las telas fuera de sus recipientes, como mechas.
Luego, Martínez habría salido con las bombas incendiarias en dirección a la calle, poco antes de que suceda el atropello policial sincronizado que terminó en el homicidio del joven dirigente liberal Rodrigo Quintana. Stiben Patrón también aparece en los videos, manipulando botellas con el líquido y elaboró los artefactos caseros incendiarios, al igual que Luis Sánchez.
Sin prueba química, la fiscalía tuvo que incluir las declaraciones testimoniales de los policías Gustavo Florentín (único preso por el crimen de Quintana) y Arnaldo Báez.
Florentín indicó que fueron “recibidos” en el local con bombas caseras que no detonaron. Dijo que fue víctima de dos botellazos que tenían querosén y que el olor quedó en su uniforme.