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Los asesores militares del presidente electo, Horacio Cartes, estarían con la idea de cumplir el viejo objetivo de achicar las Fuerzas Armadas, para que sean más efectivas y mejor equipadas, según las especulaciones que se escuchan en fuentes militares e inclusive en fuentes cercanas al futuro gobernante.
También otro aspecto que tendría preocupados a los asesores es la rápida salida de la vida activa militar de numerosos oficiales generales, situación que se dio en la época de Lugo, y sobre todo desde la aprobación de una ley propuesta por el oviedismo, según la cual los comandantes, desde el grado de Gral. de Brigada, ya no requieren de un plazo determinado para ascender al grado inmediato superior. En estos casos, la promoción se da según el cargo que ejerza. Esta ley estaría acelerando los ascensos y permitiría la ingerencia política, dado que los militares en su afán de promoción buscan los padrinazgos políticos, según opinan algunos militares.
Entre los asesores en el tema militar del presidente electo está el Gral. de Ejército (SR) Bernardino Soto Estigarribia, cuyo nombre inclusive suena para futuro ministro de Defensa. Este oficial fue removido por Lugo en el 2008 de la comandancia de las Fuerzas Militares y luego de su pase a retiro comenzó a activar en la ANR. La reestructuración de las FF.AA. es un tema que se viene planteando desde años atrás. Ya al inicio del gobierno de Lugo se anunció la conversión de la institución militar en una fuerza más pequeña, pero efectiva. Ahora, en la cúpula militar existe un anteproyecto de ley para modificar la Ley 216 orgánica de las FF.AA.
Mayor estabilidad
Los asesores militares del presidente electo, Horacio Cartes, en la futura gestión de gobierno, buscarán mayor estabilidad en las comandancias principales de las Fuerzas Armadas, como los de las fuerzas singulares (Ejército, Aviación, Armada), que durante el periodo del luguismo conocieron de frecuentes relevos, según fuentes castrenses. Para ese objetivo plantearían algunas reformas legales.
En este sentido estaría en la mira la Ley 4221/10, que modifica el anexo 2 de la Ley 1115/97 del Estatuto del Personal Militar, cuyo proyectista fue el senador oviedista Lino Oviedo Sánchez. Esta legislación eliminó la exigencia de un tiempo determinado para que un oficial general sea ascendido.