“Hay que poner mano dura”, afirma Sandra Quiñónez

“Estamos en una coyuntura en que hay que poner mano dura. Si eso me tiene que llevar a mi casa, me voy nomás a mi casa”, remarca con convicción la nueva fiscala general del Estado Sandra Quiñónez. En esta entrevista, tras una semana de emociones encontradas, primero por su turbulento nombramiento y después por un pedido oficial de juicio político, la funcionaria pide paciencia y anuncia que mostrará los resultados.

https://arc-anglerfish-arc2-prod-abccolor.s3.amazonaws.com/public/MRQIMKYKENDMTPREPNRRGEUH3U.jpg

Cargando...

–¿Cómo le llega esta designación en un ambiente turbulento y un juicio político en puerta para destituirla a una semana de asumir?

–Yo estoy sumamente tranquila. Yo pienso que me quieren llevar a este juicio por el momento (político) que estamos pasando.

–La acusaron hasta de venderle el alma al Presidente, para conseguir su nombramiento...

–Es por el sistema de selección. Si no estaba yo, la persona que fuera designada, igual va a tener ese problema. El Presidente de la República es el que tiene que enviar el nombre al Senado. Mañana le puede tocar hacer lo mismo a Efraín Alegre o Mario Abdo Benítez, el que sea electo.

–¿Por qué usted y no otro? 

–Yo creo que es porque trabajé bastante en causas emblemáticas. Yo me presenté porque familiares, amigos comunes, me decían que tenía el curriculum suficiente para competir. No hablo de personas con conexión política ni nada. Yo soy católica practicante, amigos de la Iglesia me decían..., y así presenté mi carpeta. Yo no esperaba. Cuando el Presidente envió mi nombre al Senado me tomó de sorpresa. Me enteré porque me llamaron de una radio.

–¿Usted tiene amistad con el Presidente?

–No tenemos ninguna amistad. El Presidente me consultaba sobre el EPP donde tuve bastante participación para condenar a los que están purgando hoy sus sentencias.

–¿Tendrá agallas para investigarlo, o a sus ministros si hay elementos?

–Claro que sí. El Presidente es un ciudadano que está sometido, como todos, a las leyes del país. No tengo ninguna obligación con él. Me encontré con él el jueves en un acto oficial. Me dijo: “fuerza, adelante, cumpla. El Paraguay le necesita”. Es todo lo que me dijo.

–No debe ser cómodo investigar al exjefe...

–A mí no me tiembla la mano. Hay una investigación abierta contra el ex fiscal general del Estado Dr. Díaz Verón. Está en poder de la Fiscalía de Delitos Económicos. Si hay elementos, pues va a ser procesado, que la ciudadanía tenga por seguro...

–¿Tiene amistad con él?

–No tengo amistad con él. Soy muy profesional. Yo era una fiscala subalterna y él fiscal general del Estado. Me encomendaba un trabajo, le presentaba y allí terminaba la relación de trabajo. Lo que puedo hacer es agradecer la confianza que depositaba en mi trabajo, ningún otro compromiso. Ahora pedí una auditoría de gestión. La encargada, Gilda Villalba, me pidió un poco más de tiempo porque ella también lleva el caso 31 M (el incendio parcial del Congreso y el asesinato del militante liberal Rodrigo Quintana). Le recordé que hiciera primar lo jurídico, no lo político.

–¿No la van a señalar por casos de enriquecimiento o tráfico de influencias, nepotismo..? –Me vienen señalando por el caso de Diana Huespe Martínez. Ella está casada con mi hermano. Es funcionaria con 15 años de antigüedad. Yo no le ascendí. No le di horas extras. Simplemente le pedí que esté más cerca mío por la confianza que me merece. Está para ordenar algunas cosas personales. Prohibí que le paguen horas extras. Necesito una asistente de confianza para transparentar la institución y luchar contra la corrupción. De otra forma no voy a poder llevar adelante este trabajo.

–¿Cuál es la debilidad que tiene la fiscalía para contener esta tentación de la corrupción?

–Los fiscales necesitan tener una seguridad de trabajo. Tiene que ganar mejor porque está disponible las 24 horas del día. Aparte, están las personas que entraron a esta institución sin ningún convencimiento de aportar algo a favor de nuestro país. Su objetivo es enriquecerse. Por suerte, muy pronto son detectados y sometidos al escarnio por la misma sociedad. Varios de ellos ya están siendo enjuiciados.

–¿Qué cosas se dijeron de usted que son falsas y que la molestaron? 

–Escuchamos con mi mamá la sesión del Senado. Ella lloró. “Vos no sos así”, me dijo...

–¿Qué dijeron?

–Por ejemplo, que soy violenta en los procedimientos. Sin embargo, siempre cuidé todos los detalles donde hay niños, donde hay ancianos, donde hay enfermos. En varios procedimientos hemos llevado enfermos a los centros de salud...

–La acusan también por su hermano, el de la Contraloría... –Sí, dijeron que ha tenido influencias políticas para que yo llegue a fiscal general del Estado. A los pocos días de asumir yo la Fiscalía la semana pasada, él ya renunció a la Contraloría. Hoy está desempleado a pesar de tener familia que mantener. Tomó esa decisión para que nadie tenga que objetar mi trabajo.

–¿Le desgasta todo esto?

–Desgasta bastante, pero cuando llego a mi casa después de tanto trabajo mis padres me dan la fortaleza y mis hermanos y familiares me alientan, me preguntan cómo me ha ido el día y mi gatita que me espera... Yo le pido a la ciudadanía que me tenga un poco de paciencia. El proceso de cambio en el Ministerio Público está comenzando. Voy a mostrar los resultados. Necesito un poco de tiempo. Recibo una institución con muchísimos inconvenientes. La transición no es fácil...

–¿Qué garantías hay para que el procesamiento de Díaz Verón sea claro y transparente?

– Voy a seguir atentamente el caso que involucra al fiscal Díaz Verón. Si encuentro que los fiscales no cumplen con su trabajo van a ser sancionados. Yo respeto la autonomía del fiscal, pero también puedo ordenar que se revise la carpeta fiscal. Si encuentro que están ocultando algo o no están haciendo las diligencias que requiere una investigación, voy a sancionar a los responsables. Estamos en una coyuntura en que hay que poner mano dura. Mi lucha es contra la corrupción. Si eso me tiene que llevar a mi casa, me voy nomás a mi casa.

–¿Desde cuándo está en el Ministerio Público?

–Desde el 12 de abril de 1994. Ingreso como asistente fiscal siendo estudiante de Derecho UNA...

–¿Su origen?

–Provengo de una familia de extracción humilde. Mi padre era el único que trabajaba para sostener a una familia de cuatro hijos. Yo soy la mayor. Mi madre es de Fuerte Olimpo, Chaco paraguayo. Mi padre es de Barrero Grande (Eusebio Ayala)...

–¿Dónde vivían?

–En Fuerte Olimpo. Entré en la escuela N° 117 “Mayor Ramón Bejarano”. Yo nací en Asunción y cuando volvimos a la capital entré en una escuelita parroquial, “Virgen de los Dolores”, que está hacia el Mercado N° 4. Mi padre trabajaba en el mercado. Con sus ingresos pudimos seguir los estudios en medio de muchas precariedades. Mi papá llegó a estudiar para maestro rural y para estudiar vendía... (se emociona), trabajaba la tierra. Plantaba mandioca para aguantar. Me solía decir que nunca se olvidaba del frío que pasaba y que tenía que mojar su pie en un arroyo para que no se le congele. Caminaba del pueblo hasta donde tenía su tierra. “El pora (alma en pena) no existe mi hija”, me decía, cuando yo le decía que tenía miedo del pora. Me decía que él tenía comprobado porque caminaba de noche para llegar de sus estudios. Se recibió. Emigró hacia Puerto Sastre para enseñar en tiempos en que se cerró la fábrica de tanino. Se fue a Fuerte Olimpo. Ahí le conoció a mi mamá, que era hija única.

–¿Cómo se llama él?

–Eugenio Quiñónez Godoy, en su valle es más conocido como “Paraguay”. A mí me conocen como la hija de “Paraguay”. Hace poco cumplieron con mi mamá 50 años de casados. Ella se llama Odina Astigarraga Machuca.

–¿Cómo ingresó al Poder Judicial?

–Yo practiqué dos años en el juzgado civil y comercial de Julio Fernando Samaniego. Un vecino, el Dr. Vidal Maciel, que fue futbolista y después abogado, me insistía en que tenía que ir a practicar, aunque sea gratis. Tenía problema de pasaje pero comencé. Me dieron oportunidad cuando comenzó la reestructuración del Ministerio Público. A través de la doctora María Victoria Rivas de Aslan fui a la Fiscalía. El doctor Escobar Faella me pidió mi carpeta y me nombraron. Fue el 12 de abril de 1994. Trabajé con la doctora Victoria. Mi primer jefe fue Juan de Rosa Ávalos en Garantías Procesales. Tenía que ir a Tacumbú, Panchito López, Emboscada cuando no había ruta para ir a hacer informes sobre los presos. Después pasé a Caaguazú y con Aníbal Cabrera Verón vine a Asunción en el 2000. Pedí mi traslado por cuestiones familiares.

–¿Cuál es la dificultad? ¿Por qué no aparecen los grandes corruptos procesados y presos como en Argentina, Brasil, Uruguay, Ecuador, Perú? En Perú hay presidentes presos... El caso Nismann..

–Yo lo conocí a Nismann. Nos tocó de cerca lo que le pasó. Nosotros tenemos procesos que están ya en la etapa preliminar. Lo único que puede hacer el Ministerio Público es urgir, urgir, urgir, que se lleven a acabo las audiencias. En los otros países también se toman su tiempo. Les lleva años de investigación. El caso AMIA no se cerró. ¡Son cuántos años! Siguen investigando y cuando aparecen nuevos elementos siguen imputando.

–Tenemos parlamentarios imputados o procesados pero se vuelven a candidatar tranquilamente. No les amilana nada...

–El Ministerio Público cumplió con su trabajo. La etapa investigativa no se puede luego incidentar. Es la etapa en que el fiscal recolecta sus elementos probatorios. Se llega al momento en que el fiscal o acusa o sobresee. Es ahí el momento en que el juez analiza cada una de las pruebas si corresponde o no ser elevado –el caso– a juicio oral y público.

–La creencia en general es que los principales responsables tanto de la Fiscalía como del Poder Judicial son “tapa-ollas” de los casos de corrupción de los influyentes del Gobierno de turno. Y si es un enemigo político, buscar la forma de anularlo por la vía judicial...

–Si un fiscal tiene elementos probatorios no va a poder hoy día guardarse esa prueba. Yo tuve esa experiencia en el caso de Cecilia Cubas, María Edith de Debernardi...

–Los secuestros, ¿ello se acabó o sigue latente?

–Los encargados de la seguridad nunca deben estar desprevenidos. Hay que monitorear para adoptar medidas constantemente...

–¿Hay personas en peligro?

–Claro. No hay que descuidarse.

(holazar@abc.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...