Hillary o Trump: el tema aborto puede ser crucial

El abogado y catedrático estadounidense Richard Stith hace un balance de las reñidas elecciones norteamericanas que se definen mañana en su país y que tienen como contendientes a Hillary Clinton y Donald Trump. En esta entrevista, el profesional –que dictó una conferencia sobre ética en el Palacio de Justicia invitado por la Corte– manifiesta que ve difícil el triunfo de la candidata demócrata por su posición a favor del aborto, uno de los temas centrales de la campaña y que influye en la decisión de los electores.

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–¿Cuál es su especialidad?

–Soy profesor de Derecho Comparado en la Universidad Valparaíso de Chicago. Mi especialidad es la ética. Estoy en la organización Consistent Life Ethic. Fui invitado por la Corte Suprema de Justicia de su país para hablar del derecho del no nacido. Hago filosofía del derecho, historia del derecho.

–El derecho del no nacido fue uno de los temas que acaparó el último debate entre Hillary Clinton y Donald Trump.

–En todas las elecciones, no solo en Estados Unidos, el aborto es un tema casi central. En mi país tiene una explicación bastante sencilla. Nuestro tribunal en 1973 cometió un gran error al declarar el derecho de la mujer a abortar en cualquier etapa del embarazo, inclusive hasta los nueve meses y con cualquier argumento. La ciudadanía en general rechaza esta jurisprudencia. Los que apoyan no pasan del 13%. Hasta los proaborto rechazan el aborto después de tres meses de embarazo. Pero la Corte, en 1973 declaró que se puede abortar hasta el parto si la mujer quiere. Es el caso llamado “caso Roe contra Wade” o “Roe v. Wade”. Hillary Clinton defiende esta posición de la Corte.

–El moderador le preguntó a Hillary si estaba a favor del aborto en cualquier etapa del parto.

–Y ella respondió que sí.

–Y Trump respondió que no.

–Quiero aclarar un poco la situación de Trump. No es que quiere legislar contra el aborto. Quiere dejar abierta la pregunta. Quiere que los Estados decidan. Nuestro tribunal sacó esa facultad a los Estados, que son los encargados del derecho penal en general. Hay Estados como California o Nueva York donde tradicionalmente gana el aborto, pero hay muchos más Estados donde se legisla contra el aborto.

–Se habló mucho en este debate del plan Parenthood. ¿De qué se trata? Trump dijo que es partidario de cortar los recursos del Estado que van a parar a esa organización.

–Es la empresa abortista más importante de los Estados Unidos y la más importante en el mundo. Tiene otros nombres en otros países. Su mayor ganancia es a través de los abortos. Cobran de sus pacientes o de las subvenciones del Gobierno. También distribuyen preservativos y tienen servicios de control mamario, pero sobre todo se dedican al aborto. Para ganar más venden los órganos de los abortados para experimentos. Por lo común tiene permiso de la madre. Pero la gran mayoría de las mujeres no quiere abortar. Si abortaron fue por presión de su pareja, de los padres, por la situación de empleo. Se los encuentra generalmente muy tristes y depresivas. El Parenthood les dice: “su aborto va a servir para ayudar a la ciencia, para salvar otras vidas, para ayudar a los pobres...”. Al final sirve para que ellos ganen sumas siderales.

–Trump advirtió que ya no habrá dinero del Gobierno para esta empresa.

–Lo que dijo fue: “Si Parenthood no hace más abortos, no tengo nada contra el Plan Parenthood. Vamos a apoyarlos en su distribución de preservativos, en los exámenes manuales de pecho en las mujeres pero que si sigue con los abortos ya no habrá más dinero del gobierno para ellos. Después de 1973 hubo momentos en que el Plan Parenthood tenía como filosofía distribuir los anticonceptivos y tenía hasta consignas que decían: “Los anticonceptivos no matan como el aborto”. Era su propia propaganda. Después del permiso de la Corte para que la mujer pueda abortar en cualquier momento del embarazo hubo una pulseada dentro del seno mismo del Plan Parenthood. Un sector dijo que no quería ganar plata con el aborto. Pero ganó la presión de los que querían abrir la empresa al aborto y hoy es la empresa más importante dedicada a la industria del aborto.

–¿Por qué adquiere cada vez más importancia este debate en las elecciones?

–La tecnología ha hecho cosas asombrosas para mostrar las evidencias. Con una proyección de sus formas, hasta se puede conocer el rostro de cómo será la persona que está en gestación. Esto se desarrolló a partir de la necesidad de la policía de conocer los rostros de los autores de los delitos. Se usan restos de ADN en la escena del delito. Con una computadora se hace un boceto del rostro mismo del sospechoso. De esa forma se ha llegado hasta los autores. Es un gran aporte para el movimiento a favor de la vida. Demuestra que el aborto es un tipo de homicidio. La ciencia nos da la prueba. En el caso de los no nacidos la tecnología nos ayuda más y más. Yo fui profesor de Bioética en la Facultad de Medicina. La gran mayoría de profesores de Bioética está totalmente de acuerdo en que no hay diferencia entre el aborto y el homicidio. En poco tiempo más usted podrá ver la cara futura del niño en las 12 semanas de gestación. Eso toca el corazón directamente. Si usted ve en la ecografía a un feto chupándose el dedo, le abre el corazón enseguida.

–¿Qué hay de la madre si está en peligro de muerte, como dice Hillary?

–Hoy en día casi no existe una situación en que para proteger la vida de la madre hay que matar directamente al hijo. Insisto en este tema de los avances de la ciencia y la tecnología. A veces hay que separarlos. Remover al hijo porque no puede desarrollarse no es querer separar la madre del hijo. Claro que va a morir porque no ha madurado en forma suficiente. En el futuro, con una mayor tecnología puede ser que sea posible una separación a las 12 semanas sin que ninguno corra peligro de vida. No estoy hablando de que los niños no nacidos tengan derecho a vivir a ultranza. Tienen sí derecho a no estar sujetos a la violencia intencional, como cualquier ser humano. Algunas personas pueden quedar perjudicadas por nuestras decisiones, pero no hay una acción premeditada para matarlos. Se trata de un efecto secundario.

–¿Cuál es su opinión de Trump?

–En general creo que está en juego algo muy profundo y la gente se distrae por la personalidad tan rara, tan abrupta de Trump. Hay un choque hoy en día entre el mercado libre a nivel mundial y la democracia. Las decisiones democráticas tienen que ser por decisión y no por mercadeo. No se puede tomar decisiones con base en las necesidades más inmediatas, a las tentaciones más inmediatas del hombre.

–El tema de la inmigración también tocó muy de cerca a los latinoamericanos y en eso parece que también gana Hillary.

–La gente habla mucho de la inmigración como si fuera un prejuicio racista o xenofóbico. Es parte de la lucha contra esa globalización. La gente quiere que su propio pueblo tome las decisiones y que se integre, un pueblo sin fronteras. Hay una pugna entre la democracia y la globalización y aquí se debe atender los intereses de la gente.

–¿A usted le gusta Trump por su posición contra el aborto?

–A mí particularmente no me gusta Trump, pero creo que él representa el movimiento democrático, el movimiento del hombre normal, del trabajador. El partido de Hillary representa a las élites cosmopolitas, la gente a la que no le importa perder la democracia porque es gente que viaja por Europa, por muchos países. No están tan arraigados, aferrados al país. Los votantes de Trump están arraigados. Es el pueblo normal de base versus las élites. Pero los demócratas dominan todos los medios de comunicación y aprovechan para poner énfasis en el trato descortés y la personalidad ácida de Trump. Sin embargo, el candidato republicano representa a un movimiento democrático contra la globalización.

–Creció en forma impresionante en las últimas semanas. Nadie asegura nada.

–Aunque Trump pierda por sus problemas personales y por sus afirmaciones poco afortunadas, ese movimiento va a crecer con toda seguridad porque está en auge.

–¿Y el contraste por el tema inmigración?

–Los estadounidenses tenemos mucha suerte. De las Américas nos mandan trabajadores que nos ayudan a desarrollar el país mientras muchos compatriotas están matando seres humanos no nacidos promoviendo el aborto. Precisamos inmigrantes y qué bueno que sean mexicanos o latinoamericanos y encima cristianos.

–Y ¿el Muro de Trump de 3.000 km?

–En esta campaña pienso que Trump no estuvo muy afortunado. No fue lo bastante listo. Además, 3.000 km de muro... No creo que lo haga. Es una locura. Es una malísima idea. No tiene sentido.

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