Los manifestantes, con pancartas y arrojando papel higiénico a la fachada de la vivienda, instaron al legislador a dar un paso al costado ya que dejó de ser confiable a la ciudadanía luego de la grosera presión que ejerció contra los fiscales a favor de su amigo, el diputado Ulises Quintana.

María Esther Roa, de la Coordinadora de Abogados del Paraguay, dijo que no confiaban en que el Senado asuma la responsabilidad de sancionar a Bacchetta con el juicio político y destitución.

Apuntó que seguirán con los escraches hasta que renuncie y que luego, los senadores tienen el desafío de elegir a nuevos representantes que no sean los suplentes que están ahora.