Jefes militares con antecedentes de corrupción asumen cargos en FF.AA.

El nombramiento del contralmirante Antonio W. Vallejos Abadíe en la comandancia de la Armada fue una de las designaciones más criticadas en las FF.AA. por el antecedente judicial del oficial en un caso de venta ilegal de gasoíl descubierto en Pilar en el 2006. El nuevo comandante de las Fuerzas Militares, Gral. de Ejército Luis G. Garcete, ensayó una defensa de Vallejos Abadíe al alegar que el oficial fue sobreseído en el caso. Lo que no dijo fue que el marino tuvo que reconocer el acto ilícito y hacer una reparación, por demás irrisoria, para zafarse del juicio ya en el 2012.

Para ahondar los cuestionamientos y quejas, sobre todo en la Marina, el miércoles último, dentro de los relevos de la mayoría de las jefaturas importantes de la milicia, fue designado prefecto general naval el Cap. de Navío Carlos D. Velázquez Moreno, quien venía siendo edecán naval de la Presidencia. El mismo es hermano del presidente de Diputados, Hugo Velázquez (ANR). El oficial cuando se desempeñaba como jefe del departamento técnico de la Prefectura General Naval firmó varios de los documentos para avalar una presunta construcción de nueve barcazas, que luego fueron reclamadas como robadas por la naviera argentina Gutnisky. Velázquez Moreno ahora vuelve a la Prefectura, pese a ese antecedente, y para ser jefe.

El predominio de la promoción 84, a la que pertenece el jefe del gabinete militar de la Presidencia, Gral. Brigada Juan J. Casaccia Furiasse, es otro motivo de críticas en las FF.AA. En total 25 jefaturas quedan en manos de oficiales de esta remesa, entre ellas la mayoría de las divisiones del Ejército y las unidades importantes de la Armada, Aviación y el Comando Logístico. Actualmente ya son cinco generales de esta camada, pero llegaría a 25 oficiales con ese grado.

Con el relevo en la cúpula militar, el presidente Horacio Cartes también puso en entredicho a su ministro de Defensa, Gral. Ejército (sr) Bernardino Soto E., quien en reiteradas ocasiones sostuvo públicamente que es partidario de dar mayor estabilidad a las jefaturas principales de las FF.AA. para que los oficiales puedan dar continuidad a sus proyectos. Llegó a poner como ejemplo que el Ejército chileno mantiene tres a cuatro años en sus puestos a los máximos jefes militares. Días previos a la barrida, en el entorno de Soto Estigarribia se indicaba que no habría mayores cambios.

Son varias las quejas porque supuestamente no se tuvieron en cuenta el currículum de varios oficiales, como el caso del Gral. Div. Óscar Cuenca, que fue relevado del CIMEE, y no le dieron otro cargo. En Sanidad, varios militares de esta arma cuestionaron la designación del Cnel. José L. Mieres que es de Artillería, según indicaron.