Juez pide sacudirse de los políticos para que funcione el Poder Judicial

Alberto Martínez Simón, miembro del Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, doctor en derecho, mejor egresado de la promoción 1992 de Derecho UNA y vicepresidente de la Asociación de Jueces, plantea terminar con la influencia de los políticos en el Poder Judicial. En esta entrevista sostiene que es el clamor de los magistrados, cada vez más ácidamente criticados por la ciudadanía por la impunidad que campea especialmente en la clase política y el crimen organizado.

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–¿Se puede excluir a los políticos de la selección y destitución de jueces? 

–Es lo que debe suceder. En la convención de la Asociación de Jueces del Paraguay que hicimos la semana pasada con la participación de especialistas de otros países enfocamos la pérdida de independencia del Poder Judicial. Resulta que para entrar como jueces o para que los jueces no sean removidos, los políticos juegan un papel determinante. El estamento político es un poco el filtro para entrar o para salir. Nosotros planteamos la exclusión de los políticos de los órganos de nombramiento y remoción de jueces, salvo para ministros de la Corte Suprema o fiscal general.

–El caso del político González Daher, el capo del Jurado de Enjuiciamiento, habrá repercutido bastante. Se dice que ustedes no funcionan sin padrinos...

–En realidad hay que discernir un poco la cuestión. Cuando se habla de la justicia siempre nos meten a todos en la misma bolsa. En realidad somos entes muy distintos, por un lado el Poder Judicial con la Corte Suprema de Justicia y sus tribunales; por el otro, la Fiscalía, la Defensoría, la Sindicatura, el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados... Cuando el público recibe la noticia de cualquier escándalo se generaliza, nos salpican a todos. La percepción ciudadana es la de que cada juez tiene su padrino...

–Para sobrevivir...

–Yo no le quiero convencer a usted ni a la ciudadanía de que no es tan así. Pero si despolitizamos los órganos de nombramiento o de remoción, esa percepción va a mejorar. Si el juez no le debe el cargo a ningún político, la presión política se va a reducir.

–Lo que se percibe es que en países de la región los jueces procesan expresidentes, funcionarios, y aquí la impunidad sigue campante.

–Yo estimo que lo que usted dice es absolutamente correcto desde el punto de vista de lo que percibe la ciudadanía. Yo creo que se puede cambiar esa imagen en la medida que, repito, saquemos el componente político de estos órganos.

–¿Por qué es tan raro encontrar un magistrado que procesa a un poderoso? 

–La independencia del Poder Judicial no se debería basar en actos heroicos y personales de los jueces. El sistema le tiene que permitir a cualquier juez ser independiente sin necesidad de sacrificios personales. Pero tiene que haber un blindaje para que el magistrado se sienta autónomo al momento de dictar su resolución y no estar dependiendo de una espada de Damocles y terminar procesado por el sentido de sus sentencias.

–¿Sucede a menudo? 

–Sucede mucho, por lo menos se lo involucra en procesos en el Jurado (de Enjuiciamiento de Magistrados). Le aclaro que los órganos de presión no son solo los políticos. Están la prensa, los poderes fácticos, los poderes económicos, obviamente el poder político. Son varios factores...

–Pero sobre todo político....

–Es un factor importante de presión. Es lo que se percibe...

–¿Se podría decir que no existe una separación cuando se trata de dilucidar intereses interpoderes?

–Formalmente sí, pero no se previó que el Poder Judicial funcione en forma realmente independiente, porque tenemos dos cosas, no solamente esto que estamos hablando. Tenemos también el tema de la autarquía. El Poder Judicial no administra sus fondos. La Corte tiene que ir a pelear por su presupuesto al Poder Legislativo, y la Corte debe ser autónoma en la administración de su dinero.

–Entonces, no se dan las condiciones de libertad para juzgar...

–Eso sería ya una expresión muy fuerte. Hay muchísimos jueces que son independientes...

–“Sin libertad para juzgar no hay justicia”, decía Montesquieu...

–Yo no le puedo decir que no hay libertad para juzgar. En la convención que tuvimos pusimos en claro que cuando se trate este tema en la Constituyente sean los mismos partidos los que tomen la iniciativa de defender un sistema despolitizado de nombramiento y remoción de jueces.

–¿Hay que esperar una Constituyente? ¿No es posible cortar eso ahora planteando una enmienda? 

–El mecanismo es la enmienda o la reforma, pero ya que se está hablando de reforma, casi todos los candidatos a Presidente están de acuerdo en hacer la reforma. Si el Poder Judicial anda bien, andará bien la economía, las inversiones van a venir, los mismos partidos van a trabajar mejor. Un Poder Judicial autónomo, independiente, técnico, es transversal a todos los demás intereses...

–¿Qué hay que reformar básicamente? 

–El Consejo de la Magistratura, el Jurado de Enjuiciamiento, desde el punto de vista de la conformación...

–Es difícil que los mandones de la clase política abandonen su papel de capataces de los jueces...

–Aunque ellos quieran, hoy día no se puede avanzar sin una reforma constitucional. El sistema está establecido para que los políticos estén. Felizmente les escuchamos a todos decir que están dispuestos a facilitar la independencia del Poder Judicial. Vamos a esperar el momento para ver si pasamos de la palabra a los hechos y realmente esto se modifique.

–El diputado (Óscar) Tuma dijo que los mayores lobistas en el Congreso son los jueces, no al revés...

–¿Por qué? Porque le deben a los políticos su nombramiento, o su ascenso o su no remoción. De otro modo ningún juez va a molestarse en ir a golpear las puertas del Parlamento.

–¿A qué le atribuye los éxitos judiciales en torno a políticos corruptos en los países de la región?

–Sus sistemas de nombramiento son distintos. En esos países no le están debiendo velas a ningún santo. Están totalmente despolitizados.

–¿Por qué dicen que en segunda instancia y en la Corte es donde se “cocinan” expedientes a favor de los delincuentes? 

–Yo soy camarista en lo civil (segunda instancia). En todos lados hay jueces buenos y malos, jueces que deberían ser promovidos y los que ni siquiera deberían ser jueces.

–Hubo condenas hasta de Presidentes en primera instancia: Wasmosy, González Macchi, condenados por corruptos pero liberados en la segunda instancia...

–Recuerdo los casos pero no los detalles. Mas mirando para adelante, si queremos devolver la credibilidad a nuestra justicia, le reitero: tenemos que nombrar a los mejores a partir de ahora sin el componente político.

–¿Cuál es la expectativa por el cambio que se viene de cinco miembros de la Corte? Se van obligatoriamente afuera por cumplir 75 años...

–En el próximo quinquenio salen cinco pero no todos salen juntos. El año que viene salen dos: el Dr. Bajac en julio, el Dr. Blanco en diciembre. En el 2019 sale el Dr. Torres Kirmser en abril. En enero de 2020 sale la Dra. Miryam Peña...

–Pero ¿puede cambiar la dinámica del Poder Judicial?, porque sale la mayoría...

–Yo no sé si cambiando estas personas con nombre y apellido vaya a cambiar el Poder Judicial. Lo que nosotros queremos es cambiar el sistema, hacer un cambio de estructura.

–En cada cambio hubo esperanza, pero lo cierto es que cada vez más los ministros se fueron encerrando como gallina clueca...

–Hay gente que es más abierta, que se lleva mejor con la prensa, y otros a los que no les gusta tanto la prensa. Hoy día el perfil del juez a nivel internacional es este –y es una de las razones por las cuales acepté esta entrevista– de abrir las puertas de los juzgados y dejar atrás ese papel cerrado, misterioso. Cuando sale, yo no tengo inconvenientes en comentar una resolución. La tendencia de hoy es tener un juez más abierto, más de cara a la ciudadanía. En ese sentido, yo mismo estoy involucrado en un proyecto de la Corte Suprema para digitalizar toda la administración de justicia. Es para darles transparencia a los procesos. Dentro de poco desde su teléfono celular usted va a poder ver la marcha de los juicios. Entonces, ¿qué mejor imagen para concluir si el juez está haciendo un buen trabajo o lo hace mal? 

–En los países de la región, ¿ya están todos digitalizados? 

–Todos están comenzando. Sinceramente, nosotros estamos muy avanzados, de acuerdo a lo que vi en el congreso de justicia y tecnología en Mendoza, la semana pasada.

–Pero en el vecindario funciona mejor la justicia...

–Y no sabemos. En todos lados el juez es lapidado públicamente. En ningún país de la región es aplaudido y tomado como héroe. En todos lados se le tirotea. En nuestro país es un poco más visible porque es nuestro ecosistema natural, pero en todos lados al juez se le critica.

–¿Cómo repercute la presión del crimen organizado?

–El crimen organizado tiene estructuras que están a la vanguardia en la actualización para eludir a la justicia. Eso nos obliga a perfeccionarnos cada día para derrotar a la organización criminal.

–Hay jueces sumariados, destituidos, por apurar una libertad o favorecido narcotraficantes...

–Es un tema muy sensible el narcotráfico. Los colegas del fuero penal son muy auscultados, a veces con una lupa gigante encima de ellos. Cualquier resolución que tomen normalmente les genera consecuencias. Se necesita de mucho valor...

–Hay mucho dinero...

–Lo que se comenta es que los narcotraficantes mueven fortunas. 

–¿Es cierto? Fue mejor egresado de Derecho UNA...

–Sí, promoción 1992. Tengo el doctorado, mi tesis: “Responsabilidad civil y colectiva”. Hace 25 años enseño “Obligaciones”. También estoy en el postgrado de UNA y UC.

holazar@abc.com.py

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