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Para el exsenador Eduardo Petta (ANR, Añetete), el juicio político a los ministros de la Corte Suprema fracasó porque existe un “concubinato” entre la clase política degradada –y traficante de influencias– y los ministros genuflexos que mantienen su posición de señores feudales de la Justicia.
“Estos últimos (los jueces) se reparten la administración de Justicia por circunscripciones y conforman sus equipos de funcionarios en coordinación con la clase política”, explicó el exfiscal.
Fue en alusión al frustrado intento de remover a tres de los nueve magistrados de la máxima instancia; los liberales Óscar Bajac y Sindulfo Blanco y el colorado César Garay Z, acusados de mal desempeño (Ver la Infografía).
“Los delitos o mal desempeño cometidos por Ministros de Corte no corren si no existe una presión ciudadana capaz de forzar el enjuiciamiento”, recalcó también al evaluar la falta de acompañamiento de la ciudadanía organizada en el tema.
Recordó que, tras aprobarse el juicio político el 10 de diciembre de 2014, se notó que en el Senado no se tenían 30 votos necesarios. Finalmente, el proceso, que inició con muchas expectativas, se volvió un arma de extorsión.
“El juicio se convirtió en una herramienta para la extorsión y chantaje: ‘hacés lo que te digo o avanzamos hacia tu remoción’. Es lo que se pudo percibir con las últimas resoluciones de la Corte a favor de un sector político”, dijo en referencia a las sentencias obtenidas por el cartismo.
En cuanto a los sectores que no apoyaron el juicio político, dijo que también defendieron sus intereses. “Siempre inventaban una excusa de traer a otros ministros a juicio político o no respaldaban. En pocas palabras, yo mantengo a mi corrompido ministro y vos a los tuyos”, aseveró finalmente.