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El máximo tribunal consignó que las irregularidades señaladas por el recurrente únicamente denotan su discrepancia con la apreciación del juzgado y el tribunal de apelación en cuanto a la forma de realización de la prueba pericial de ADN y extracción sanguínea.
“El impugnante pretende convertir a esta Corte indebidamente en una tercera instancia, al plantear cuestiones que ya han sido debidamente consideradas y estudiadas en las instancias inferiores, en el marco de un proceso de filiación en pleno trámite y pendiente a prueba”, señalaron.
Agregaron: “Además, los fundamentos expuestos no acreditan fehacientemente las conculcaciones de los principios constitucionales que sostiene haberse infringido. Asimismo, debe agregarse que la lesión señalada por el accionante se basa exclusivamente en la interpretación efectuada en las decisiones judiciales, sin embargo esto no constituye en absoluto una justificación concreta de una trasgresión constitucional”.
En primera instancia la jueza de la Niñez y Adolescencia Graciela Ovelar debe fijar ahora la fecha para la extracción de sangre de Lugo, que será sometida al estudio comparativo con el menor de 10 años.
Lugo había intentado dilatar el diligenciamiento de la prueba luego de que Benigna, exempleada del Obispado de San Pedro, reabriera el juicio por reconocimiento de filiación, al estar insatisfecha por el incumplimiento de un acuerdo privado.
Cuatro años de batalla
Tras la vía libre para que la demanda por filiación continúe, Benigna Leguizamón declaró a los medios de prensa que se cumplen cuatro años de su batalla legal por el reconocimiento de su hijo que el domingo último cumplió 10 años.
“Ahora Lugo ya no podrá negarse a la prueba de ADN y va a tener que venir hasta Ciudad del Este, cuando el juzgado le requiera”, señaló la mujer.