–Cómo analiza este panorama de cambios políticos en la región: gobiernos de derecha por acá y de izquierda por allá, por México...
–Vine a hablar un poco de eso en el congreso de estrategias de marketing y comunicación política que se desarrolló en Asunción esta semana organizado por Marketing Consulting Group Mercosur con aval de la Universidad Americana. Y, bueno, se forma una especie de triángulo: Bolsonaro por acá, López Obrador y su izquierda que no termina por definirse por allá y Macri en el medio, que no sabe por dónde va a pivotear. Es un nuevo escenario sumamente interesante. En Argentina tenemos presidenciales el año que viene. Cambiamos Presidente, gobernadores y gran parte de la legislatura.
–¿Macri se presenta de nuevo?
–Sí, se presenta...
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
–¿Y Cristina (Kirchner)?
–Es la incógnita. Todo indica que sí pero todavía no ha dicho nada. Están los movimientos del PJ (Partido Justicialista) que es un partido atomizado... Si se presenta, Cristina irá con el tercio de votos duros que tiene. Macri tiene su otro tercio y un poquito más en el arranque. Y hay todo un espacio en el medio muy atomizado.
–¿Y las acusaciones encima?
–Cristina tiene un año muy difícil. Va a estar sentadita en el banco de los acusados... Boudou, su Vicepresidente, ya está preso. Casi todo su gabinete está preso. Hay empresarios presos. La única que está suelta realmente es ella... Uno no puede dejar de reconocer que si no hubiera ganado Macri ninguno de ellos iba preso con toda la plata que robaron.
–¿Con todo piensa presentarse?
–Si Lula no hubiese estado preso en Brasil es capaz que hubiera sido Presidente...
–¿Cómo se puede entender que un partido como el PT de Lula, condenado por corrupto, le votan igual 44 millones de personas?
–Explíquemelo usted. Yo francamente no entiendo. Ya perdí mi capacidad de asombro..
– ¿Cómo pueden mantener sus estructuras intactas? Manejan la economía, las finanzas, las organizaciones sociales, los artistas...
–Mire. Esta semana se reúne en Buenos Aires el G-20 (el principal espacio de deliberación política y económica del mundo) y fíjese, la oposición prepara el anti G-20. ¿Quiénes encabezan? Cristina y Dilma (Rousseff), investigadas por corrupción. Estoy seguro de que van a juntar mucha gente. Estando en el poder ellos crearon estructuras, generaron adhesiones al nivel de fanatismo. En el fondo son adhesiones interesadas a cambio de algo.. Pero lo que han robado no hay forma de mensurarlo. No alcanzan los ceros. Lo que pasa es que cuando llega el momento de votar uno vota por intereses, por lo que me conviene...
–Usted dice: “la gente vota por sus intereses”. Y entonces, los estudiantes, ¿qué intereses defienden al ponerse del lado de Cristina, Lula, Evo, Correa, Maduro, Ortega de Nicaragua, los Castro?
–Si uno no es izquierdista y revoltoso a los 20 años es porque no tiene sangre y si a los 40 no está tranquilo es porque no tiene cabeza.
–En los 60 y 70 era por idealismo, pero hoy ¿cómo pueden mimar a corruptos y dictadores?
–Y bueno, como le dije, muchos chicos se identifican y eso se repite a lo largo de la historia. No es un hecho fortuito. Pero no es tan categórico tampoco. ¿Quién lo conocía a Bolsonaro que es de derecha? Arrasó con todo. Y vino también de afuera. La gente no come vidrio. Sabe dónde está la verdad finalmente, por más que traten de engañarla.
–¿Bolsonaro acaso no va a ser jaqueado por la gigantesca estructura que se forjó el PT?
–La política no es un lecho de rosas. Es una cosa dura. Se sufren traiciones. Se acerca mucha gente que le palmotea la espalda y le dice: “vamos a ser fieles a tu proyecto” pero cuando pierde la lealtad se va a la basura. Llegar al poder es una cosa, conservarlo es otra. El que llega tiene que estar bien entrenado para quedarse. El poder no se presta, no se cede, no se alquila, no se hereda. Se conserva como sea. Si usted llega tiene que estar capacitado para retenerlo contra todo lo que le puedan hacer por las buenas y por las malas. El poder no se regala, no se entrega gratuitamente. Si pierdo, pierdo con quien tengo que perder. Transfiero mi poder por voluntad propia. Nadie me arrebata. Hay que estar preparado para que no le roben.
–La cuestión es cómo devolver al pueblo el poder que le arrebataron...
–El PT conserva poderosas corporaciones, incluso la prensa. Yo le hago una pregunta que no me parece tan complicada: ¿cómo se mantiene ese esperpento de Presidente como el de Venezuela, a pesar del nivel de padecimiento que sufre la sociedad venezolana?
–¿Quién lo apuntala?
–Los militares. Es la única clase privilegiada que tiene Venezuela. Lo sostienen a Maduro porque así defienden sus intereses. Hasta la droga dicen que manejan.
–¿Y Bolsonaro en Brasil?
–Bolsonaro es militar. No va a ser tan fácil removerlo. Pero tampoco creo que va a poner en práctica todo lo que vino prometiendo. Va a ser un tipo de cuidado pero nada que ver con todo lo que estuvo diciendo.
–¿Va a ser como Menem que prometió estatizar todo pero hizo todo lo contrario cuando llegó?
–Menem es un personaje increíble. Es divino. Es el Presidente que tuvo más calle y más noche. Lo primero que hizo fue a ver a la corporación Bunge y Born y le entregó el Ministerio de Economía, una de las corporaciones capitalistas más grandes. Pero se vestía como un Facundo Quiroga (político, militar, gobernador y caudillo argentino de la primera mitad del siglo XIX), con el pelo largo, patillas. Se vestía de blanco y usaba zapatos con plataforma.
–Tenía rodaje...
–Asumió la presidencia y se fue a Estados Unidos en una visita que no era oficial. Se llevó muchos periodistas en su avión Tango 01. Se reunió fuera de agenda con (George) Bush padre, el Presidente de la época. Al salir, en rueda de prensa uno le preguntó: “¿La entrevista con el Presidente Bush fue a solas?”. “No”, le respondió. “Estaba la intérprete de por medio, porque, como ustedes saben, el presidente Bush no habla castellano...” (se ríe).
–Era un pícaro...
–Tenía noche, como le decía. Tenía calle. Una vez le regalaron un coche Ferrari rojo. Se subió en el auto y llegó a Mar del Plata en dos horas. Se fue a 300 km por hora. Le dijeron de todo. Después tuvo que entregar el auto porque un Presidente no puede recibir un regalo tan costoso. Se pasó lamentándose todos los días en su despacho: “No me pueden sacar. Ese auto es mío, es mío...”, decía.
–¿Cuál es la diferencia que hace usted de esa primera etapa de la democracia, la más idealista, con la que siguió después y que por poco no lleva a Argentina a la ruina?
–Mi primera campaña comencé en 1983 en una interna del Partido Justicialista en Córdoba. Yo era publicista. Me hice experto en campañas electorales por el camino y hoy tengo encima como 120 y tantas campañas. La canción popular de moda de la época era “A todo pulmón” de Alejandro Lerner. Veo que ahora, 35 años después, lo puso de nuevo de moda cantando en conjunto con varios artistas. Nuestras campañas eran así: a todo pulmón. Nadie sabía de campañas electorales. Acabábamos de salir de un régimen político muy doloroso. Nos hicimos camino al andar. Ganamos y perdimos campañas. En política no es como en el deporte cuando uno dice: “fue una derrota honrosa”. En política no hay derrotas honrosas. Son todas “derrotas dolorosas” (se ríe). Se aprende que ganar es lindo y que perder es horrible. Es mucho más difícil salir de una derrota y, de la derrota hay que saber salir.
–¿Por qué el que sube hace lo posible para permanecer, incluso rompiendo las reglas, como el toro en una cristalería?
–Defíname lo que es la política. Es la lucha del poder por el poder. Por eso el poder no se regala. El que llega lo quiere conservar. Forma parte de la naturaleza humana...
–Evo perdió su propia elección y lo mismo insiste...
–Ya se le va la mano a Evo. Su posición ya es autoritaria, dictatorial. Eso no es democracia. Democracia es ser elegido o reelegido. Cuando hay que irse tiene que irse. Hace dos meses murió José Manuel de la Sota (exgobernador de Córdoba). Nos cansamos de perder con los radicales con De la Sota. Al final terminamos ganando. Fue gobernador por dos períodos. En el medio estuvo cuatro años en el llano y desapareció. No participó más en política. Cuando volvió y ganó dijo: “Yo no soy el mejor político pero soy el que más aprendió”. Estuvo cuatro años viviendo al lado de la gente tratando de interpretar sus necesidades, sus proyectos y sus sueños. Y usted me pregunta: “¿por qué quieren seguir?”. De todas maneras, lo que hay que rescatar es lo macro del sistema democrático. Frente a la parafernalia que nos ofrecen hoy los medios tecnológicos, yo todavía rescato algunas cosas de la vieja consultoría política: Nada reemplaza el contacto del candidato con la gente. En una campaña que no se olviden de eso. Todo el tema de las redes es muy bonito. Pero el elector, la gente, quiere saber si yo como candidato o como político soy igual que él. Quiere saber si soy un tipo de carne y hueso que sufro, que lloro, que me angustio, que tengo mis días buenos y mis días malos como cualquier ser humano. La única forma de demostrarlo es con el contacto. Nada reemplaza al contacto directo del político con la gente.
holazar@abc.com.py
