Sostienen estos que el comandante en Jefe (Presidente de la República) no convoca a la Junta de Calificaciones para analizar exhaustivamente los méritos de los oficiales, previamente a las designaciones en las comandancias y cargos que permitirán los ascensos, y asimismo, las remociones que por lo general definirán los pases a retiro. Señalan que la Junta se reúne después de los relevos y designaciones en las principales jefaturas.
Por su parte, los militares que aprueban el cuestionado mecanismo alegan que necesariamente la Junta debe integrarse con los nuevos comandantes de las Fuerzas Militares, Ejército, Armada, Aviación y Logístico, para definir quiénes son los mejores oficiales para ocupar comandancias de los cuerpos de Ejército, divisiones y regimientos. Pero en realidad, ya después de que el comandante en Jefe firme la orden general de los relevos se reúne la Junta, prácticamente solo para homologar.
Un oficial general consultado ayer reconoció que en las FF.AA. los ascensos se deciden entre cuatro paredes y que existe mucha influencia de políticos del entorno del titular del Ejecutivo.
Existen varios reclamos ante la justicia y solicitudes al Estado de resarcimientos multimillonarios por las presuntas carreras frustradas. El último caso fue el del contralmirante Augusto Lovera Cañete y del general de Brigada Carlos Líder Leguizamón, quienes lograron, por decisión de la Corte Suprema, ser reincorporados al cuadro activo de las FF.AA. En el último relevo masivo en la milicia, el Gral. Braulio Piris fue designado jefe de las Fuerzas Militares.
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