Los largos tentáculos en el Paraguay del ministro acusado de coimero en Argentina

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El ministro argentino de Planificación, Julio de Vido, involucrado hoy en una denuncia de corrupción con empresarios de su país, quienes cerraron negocios con Venezuela, es conocido en Paraguay por sus reiteradas intenciones de que la binacional Yacyretá concretara la construcción de la represa de Aña Cua y así poder beneficiar a la empresa Pescarmona, para quien estuvo haciendo lobby.Presionó durante el gobierno de Nicanor Duarte Frutos y ahora en el de Fernando Lugo. El ministro de Planificación de la Argentina, Julio de Vido, a toda costa pretendió cerrar con nuestro país, a través de la binacional Yacyretá, el negocio de Aña Cua.   

De Vido está hoy metido en el centro de un escándalo que lo involucra en supuestos cobros de coimas a empresarios argentinos para que estos cierren negocios con Venezuela.   

La denuncia fue hecha por el ex embajador de la Argentina en Venezuela, Eduardo Sadous, y el caso ya está siendo investigado por la justicia del vecino país.   

De Vido, quien es considerado uno de los hombres más importantes de la administración Kirchner, había hecho una sigilosa y breve visita a nuestro país, el 8 de octubre de 2008, dos meses después de la asunción de Lugo.   

La presencia del alto funcionario sorprendió incluso al jefe de gabinete de la presidencia de la República, Miguel Angel López Perito, quien confirmó que el visitante llegó con la intención de tratar el tema de la cota de Yacyretá, pero fundamentalmente lo referente a la construcción de la represa de Aña Cua y el proyecto Corpus.   

Lo llamativo de la visita había sido que no figuraba en la agenda oficial de Lugo y el ministro argentino llegó en un vuelo privado que aterrizó en el Grupo Aerotáctico. La reunión había durado una hora aproximadamente y tras el encuentro partieron inmediatamente a Buenos Aires.   

Pescarmona   

El entonces director de Yacyretá, Carlos Cardozo, quien había participado de la reunión, manifestó que la intención del ministro de Planificación planteó el tema de la conveniencia de retomar ciertas obras como la usina auxiliar que debe construirse en las cercanías del actual vertedero del brazo Aña Cua, que había sido suspendida por Nicanor.   

De Vido fue quien hizo lobby para que la binacional, a través de la figura del "iniciador privado", contratara a la empresa Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. (IMPSA) para las obras de Aña Cua.

La figura le otorga un 8% de preferencia en la convocatoria y, de hecho, ya la hace acreedora, como regalía, de la  suma de US$ 16.000.000, aún en caso de no resultar adjudicada con la obra. Los pliegos obligan al pago del 4% sobre el monto presupuestado de los trabajos y que están estimados en los US$ 400 millones.   

Finalmente, el proyecto no se concretó, ante las denuncias de que se trataba de un negociado. Detrás de la contratación de la empresa  de Pescarmona estuvo el propio ministro De Vido, incluso se mencionó que, si lograba la contratación, se iba a beneficiar con una importante comisión, que supuestamente habría sido cobrada con antelación.

Este proyecto no fue abortado del todo, ya que todavía existe la intención de reflotarlo ahora durante el gobierno de Lugo.
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