“Los militares de ambos países nos identificamos con nuestros respectivos pueblos”

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Después de arrancarnos impunemente todo el Mato Grosso y otras regiones bajo el amparo de las cláusulas del Tratado de la Triple Alianza, el Brasil atosigaba sin desmayo nuestra soberanía en medio de un diseño bien demarcado rebosante del “espíritu pirata” de los lusitanos. Tejieron los hechos para luego proponer lo que ya estaba “cantado”, una represa hidroeléctrica que Paraguay no necesitaba, pero que sería controlada totalmente por ellos. Con esta fábula se podía “engullir” a la República Guaraní holgada y elegantemente, mediante un “nuevo tratado” perpetrado al modelo bandeirante. Muchos traidores seudoparaguayos y sus descendientes, vivitos y coleantes, siguen impunemente amparados por el dinero espurio que ostentan dentro y fuera del país.