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Maduro, de 56 años, juró ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ, copado por el chavismo), en un acto al que no asistió ningún representante de la UE ni de la mayor parte de América, indican las agencias AFP y EFE.
Los únicos mandatarios asistentes fue el puñado de aliados que le queda al chavismo, entre ellos los de las dictaduras y regímenes autoritarios de Cuba, Nicaragua y Bolivia.
Además, de Rusia, China y Turquía, países también con regímenes autoritarios o directamente dictatoriales.
Todos unidos por una filiación filocomunista o una política antiestadounidense.
Condena internacional
En la primera manifestación concreta de la condena internacional, el Paraguay rompió relaciones y, en sesión extraordinaria, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó ayer una resolución que declara “ilegítimo” el gobierno de Maduro.
La UE, Estados Unidos y el Grupo de Lima –14 países americanos– desconocieron la “reelección” de Maduro el pasado 20 de mayo, en unos comicios boicoteados por la oposición, que los denunció como un fraude.
“La UE lamenta profundamente que (...) el presidente Maduro emprenda hoy un nuevo mandato sobre la base de elecciones no democráticas”, indicó una declaración del bloque, que advierte con tomar “medidas” si aumenta el deterioro de la situación en Venezuela.
El presidente de la Argentina, Mauricio Macri, fue contundente, al hablar del gobierno chavista, ahora encabezado por Maduro: “Su poder no es auténtico, aunque trata de escabullirse en la victimización. Maduro se presenta como el presidente perseguido. Pero él no es víctima, Maduro es el victimario”.
Y, continuó: “hoy intenta burlarse de la democracia. Los venezolanos lo saben, el mundo lo sabe. Venezuela vive bajo dictadura”.
Hambre, cárcel y éxodo
La desesperanza se palpa en muchos venezolanos, asfixiados por la peor crisis que haya sufrido en su historia moderna el país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Además de la escasez de comida y medicinas, los venezolanos lidian con una hiperinflación que según el FMI alcanzará 10.000.000% en 2019.
La crisis humanitaria se refleja en lo que es el mayor éxodo en América Latina en décadas.
La ONU calcula que más de 2,3 millones de venezolanos emigraron desde 2015 por la crisis, y estima que esa cifra subirá a 5,3 millones en 2019.
Las organización defensora de derechos humanos Foro Penal, que trabaja junto a Human Rights Watch, informa que más de 12.800 personas han sido detenidas desde 2014 por protestar contra el gobierno.
En las dos grandes olas de protestas (2014 y 2017) murieron casi 180 personas por la represión.
Actualmente, se conocen 288 presos políticos en las cárceles chavistas.
Se han contabilizado 380 casos de tortura (trato cruel, inhumano o degradante) contra opositores, desde 2014.
“Enmohecido” apoyo ideológico
En los diferentes países de la región, el socialismo está copado por la línea filocomunista (partidarios de la dictadura totalitaria), no socialdemócrata, y esas agrupaciones (como el PT, en Brasil; el Frente Amplio, en Uruguay; Frente Guasu, en el Paraguay) también se han unido en apoyo al autoritario gobierno chavista en Venezuela, apoyado por la dictadura cubana.
A este respecto, una lideresa socialista brasileña expresó que la izquierda terminará de hundirse si insiste en apoyar al gobierno de Nicolás Maduro.
“Tan solo una izquierda enmohecida apoya a Maduro a estas alturas”, sentenció.