–¿Otro round que gana la oposición?
–Cualquier intento de quebrar el funcionamiento institucional de la República provoca inestabilidad. Primero fue la enmienda promovida por este Gobierno que desembocó en un episodio trágico con el asesinato cobarde de Rodrigo Quintana. Y ahora de nuevo, un año después, promueven este proyecto de romper la constitucionalidad con la elección del señor Horacio Cartes como senador activo.
–¿Ahora se van a tranquilizar las aguas o van a seguir en alerta?
–Hay que estar muy alertas, con los ojos muy abiertos. Desde luego que nosotros tenemos permanente comunicación con las bases porque, en determinado momento, los vamos a convocar para manifestarse. No vamos a cruzarnos de brazos. Si ellos no creen en la fuerza ciudadana no aprendieron la lección. Viven en un mundo de fantasía. La ciudadanía va a volver a salir pero de manera mucho más vigorosa, resuelta y contundente.
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–Este debe ser el primer gobierno electo de la era democrática que ya arrastra una crisis política antes de asumir. Si el Presidente (Raúl) Cubas, votado por el 54% de los electores, duró seis meses ¿cuánto podría durar Marito sin gobernabilidad?
–Marito va a tener gobernabilidad en la medida que cumpla la Constitución. Si se presta al juego del cartismo o si se deja impresionar por sus argumentos extorsivos entonces, nadie puede predecir el futuro. Todo el país está cansado de los violadores impunes de la Constitución. Es peligroso lo que están haciendo al provocar a la ciudadanía...
–¿Cartes tiene incompatibilidad o inhabilidad?
–Es inhabilidad. Hay un principio, el de la supremacía de la Constitución. Ninguna norma de jerarquía inferior puede estar encima, y acá surge un concepto, muy importante en derecho que es la validez. “Carecen de validez las disposiciones y los actos de autoridad opuestas a esta constitución”, dice la norma. Otro artículo dice: “Toda sentencia debe estar fundada en esta Constitución y la ley”. Es otro principio.
–¿La Corte no es acaso la única que puede interpretar la Constitución?
–Sí, pero qué dice la Constitución: “El Gobierno es ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de independencia, equilibrio, coordinación y recíproco control”. Hay un control recíproco. El control recíproco no se ejerce solo con el juicio político. En este caso, no acompañamos la renuncia del Presidente para que vaya a jurar como senador porque él no puede ser senador. Eso dice el artículo 189. Y acá viene otro principio fundamental del derecho público: “Lo que no está permitido está prohibido”, principio de legalidad.
–Los que votaron en la Corte por Cartes dicen que el Presidente no figura en el 237, en el capítulo de las inhabilidades...
–Ahí dice que no pueden ser candidatos a senadores ni a diputados los condenados por sentencia firme, los magistrados judiciales, los representantes del ministerio público, el procurador, los ministros religiosos, etc. El Presidente no figura porque ya está establecido lo que él puede ser: senador vitalicio.
–¿Cómo entra a ser senador (Fernando) Lugo?
–Los Presidentes electos democráticamente, al final de sus mandatos “serán senadores vitalicios”, dice la Constitución, salvo que sean sometidos a juicio político y encontrados culpables, que fue el caso de Lugo. El juicio fue a efectos de separarle del cargo. No es una condena...
–Los fallos de la Corte y del tribunal electoral ¿para qué sirven entonces?
–No están fundados en la Constitución...
–¿Son prevaricadores?
–Bueno, si dictan una sentencia en contra del texto claro de la Constitución, cae dentro de ese encuadre.
–¿Pasibles de juicio?
–Claro que pueden ser sometidos a juicio político.
–Aquí siempre se hace lo que dicen las mayorías coyunturales, no lo que dice la Constitución...
–Y eso es lo que a la larga genera inestabilidad. Rafael Caldera (expresidente venezolano ya fallecido) me comentó una vez cuando visitó el Paraguay que no tenía mayoría en el Congreso y que sus amigos le quisieron convencer de seguir el ejemplo de Fujimori en Perú.
–Un autogolpe...
–Yo les dije: “De ninguna manera. Conozco la historia de mi país y la historia de otros países y sé que cuando se atenta contra la institucionalidad de la República, al cabo de cierto tiempo aparecen efectos impredecibles”, o mejor dicho, incontrolables. Fujimori y Montesinos terminaron con sus huesos en la cárcel.
–Pagaron caro...
–Fíjese lo que está ocurriendo en Nicaragua. Qué hizo (Rafael) Ortega (su Presidente). Se hizo habilitar por la Corte para la reelección indefinida y le puso a su esposa como vicepresidenta. ¿Cuántos muertos tiene Nicaragua todos los días? Fíjese lo que ocurre en Venezuela. Maduro violó la propia Constitución de (Hugo) Chávez, su mentor. ¿Cuántos muertos tiene encima? A mí me causa una pésima impresión cuando los cartistas amenazan y asumen una posición extorsiva en contra de Marito (Abdo Benítez) diciéndole: “Se viene la ingobernabilidad”. La gente no tiene un conocimiento técnico científico de las cuestiones jurídico-políticas pero intuye que la Constitución es la carta de paz en una sociedad. Es una irresponsabilidad que sigan insistiendo con estos intereses transitorios y personales de poder. La Constitución del 92 cumple la función principal de ser una carta de paz entre los paraguayos. Nuestro papel como ciudadanos es estar en guardia frente a los que pretenden violarla.
–Si no jura Cartes, ¿quién tiene que entrar?
–El que le sigue en la lista de titulares...
–Es (el ex gobernador de Guairá) Rodolfo Friedmann. ¿No debe ser el suplente de Cartes acaso?
–No, porque el juramento significa integración al cuerpo, mientras que el suplente le sustituye al titular. La Constitución dice: “los senadores y diputados prestarán juramento”. O sea, ahí es cuando se incorporan. Cuando ellos todavía no juraron se corre la lista...
–Ya tuvimos todas las variantes en este país. Hasta con 44 senadores sesionaron en aquel gobierno trucho de los argañistas...
–Claro, no le dejaron asumir al senador (Alejandro) Velázquez. Eso le costó al Estado muchísimo dinero. Planteó una demanda y ganó. Si ellos hablan de ingobernabilidad es porque la quieren provocar ellos.
–¿Cómo se presenta el panorama político?
–Me causa gracia cuando el presidente colorado (Pedro Alliana) dice que Marito está en un acuerdo con Alegre y los liberales. Son ellos (los cartistas) los que están en un acuerdo muy llamativo con los liberales (llanistas). ¿Es así o no? (sonríe).
–¿Los llanistas? ¿Qué va a pasar con ellos?
–Si votan por Cartes se va a seguir el régimen estatutario del partido. Serán sometidos al tribunal de conducta. Serán expulsados.
–¿No hablaron con la gente de Marito?
–No hemos intercambiado una palabra. Coincidimos espontáneamente en la defensa de la institucionalidad, como ocurrió en el 2017 con el caso de la enmienda. Eso es muy saludable porque estamos actuando por encima de la faccionalidad colorada. Ellos dicen: “hay una traición al partido Colorado”. ¿Y la República? ¿Es de los colorados o es de todos?
–Cuestionan el coloradismo de Blanca Ovelar...
–Blanca Ovelar es una senadora de un trabajo parlamentario formidable. Poner en duda su coloradismo no es serio. En cambio, ellos le hicieron rápidamente colorado a Horacio Cartes para que sea Presidente y le hicieron colorado a un liberal, Santiago Peña, también para ungirlo Presidente. ¿Qué más se puede decir?
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