Aunque por costumbre religiosa son cerrados al diálogo con extraños, no usan medios de comunicación ni portan armas, de a poco se van abriendo y piden más seguridad. Cansados de esta situación comienzan a tener mayor relacionamiento con las autoridades, piden la permanencia y el aumento de FTC en la zona. “Al menos con la presencia de policías y militares creemos que estamos más seguro”, comentó un colono que pidió mantener su nombre en reserva.
Los efectivos de la FTC consiguen de a poco la confianza de los menonitas y establecen contacto más directo para ofrecer garantías a los productores. La familia Fehr con el apoyo de la población se refugia en las oraciones y abrigan esperanza.
